Guía de introducción al universo cinematográfico de Star Wars

En una galaxia muy, muy lejana… llamada «la casa de George Lucas», nació en los 70 la ópera espacial más épica de la historia. Sí, fans de Star Trek, el universo de Star Wars se ha ido ampliando tanto durante estos años que ya no existe obra alguna de naves y estrellas que puedan compararse a esta. El Halcón Milenario, la dinastía Skywalker, Darth Vader, el Imperio, la República, los androides, las Guerras Clon, los soldados imperiales, los Jedi, los Sith, los putos ewoks… Todos los conocemos, hayamos visto las películas o no, pues la saga galáctica ya forma parte de la cultura popular de las últimas décadas. ¿Quién no ha dicho nunca «Luke, yo soy tu padre»?

Nunca antes unas obras sobre el espacio se habían planteado desde esta temática bélica-revolucionaria, muy crítica con el imperialismo, mostrando un universo de forma cercana y acogedora para el espectador. Todas las producciones anteriores de aventuras espaciales mostraban la vida en las estrellas como un lugar lleno de peligros, en un terreno que cumplía todos los requisitos para no ser habitable. ¿Por qué iba a haber civilizaciones en esos lugares? Por suerte, Star Wars lo planteó de forma diferente, un lugar repleto de poblaciones más o menos modernas, con diferencias entre sí obviamente, pero que bebe de la estructura de nuestro planeta, pero con un telón oscuro de estrellas en lugar de mar y planetas en lugar de países.

La vida en ese universo sí se muestra posible. Hay criaturas peligrosas, obviamente, pero se representan como si de animales se tratasen. También se pueden aprecias cientos de culturas alienígenas civilizadas y de nivel intelectual similar, las cuales conviven pacíficamente entre ellas. Los protagonistas no se enfrentan a un monstruo extraterrestre o a una raza alienígena superior que pretende eliminarlos, no, en Star Wars vemos representada una lucha entre el bien y el mal de las personas, donde los miembros de cada raza y procedencia tienen un lado bueno o un lado oscuro.

Esta es la grandeza de La Guerra de las Galaxias, la representación futurista y espacial más humana y real que se ha conseguido hacer hasta la fecha. Presenta conflictos que podemos ver cada día sin movernos de nuestro planeta, guerras entre ciudadanos del mismo país por ideologías, sociedades opresoras y sociedades oprimidas.

Además, no hay que olvidar que sus primeras producciones fueron las impulsoras de los grandes y costosos efectos especiales, demostrando con maquetas, decorados pintados a mano, maquillaje, disfraces, marionetas robóticas e incluso con pintura directamente aplicada a la bobina que el espectador podía sentirse el tripulante de una nave que se desplaza por el hiperespacio, formar parte de una batalla de sables de luz entre los Jedi y los Sith o incluso empatizar con formas de «vida» inhumanas como un robot.

Tenemos que admitirlo, George Lucas ha conseguido absorbernos de forma casi mágica, desde aquellos maravillosos 70:

Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza

En 1977 aparece esta primera y exitosa película de la saga, la cual llegó a España con el título único de La Guerra de las Galaxias– el número de episodio y el subtítulo «Una nueva esperanza» se le añadió con la salida de la primera precuela, «La amenaza fantasma»-, fue un hito en la historia del cine gracias a sus impresionantes efectos especiales para la época, el carismático grupo protagonista y, cómo no, el icónico antagonista: Darth Vader.

No obstante, si os fijáis en la película, el caballero Sith enmascarado no estaba considerado como la principal amenaza de los rebeldes, es en la obra que más se nota su rango de simple esbirro de Darth Sidious, el cual sí supone la verdadera amenaza.

Desde el inicio de la cinta nos encontramos de lleno en un conflicto bélico espacial del cual vamos tomando partido a medida que avanzamos, pero cuya trama supone un acontecimiento completo en sí. Podría haberse presentado como una obra única perfectamente, a excepción de por la escena del final en la que vemos como Vader huye y declara que se vengará. No obstante, agradecemos que no haya sido así pues lo que hace grande a Star Wars es la totalidad de su universo.

Secuelas: la trilogía Star Wars

Tras el ya nombrado éxito de la primera entrega la obra se convirtió en la saga que merecía, extendiendo el universo de forma excepcional con dos secuelas que no contaron con la dirección de George Lucas. Esto fue una decisión sin duda arriesgada ya que su creador dejaba de tener la última palabra sobre su autoría, pero sin duda, visto lo que ocurrió posteriormente, acabó beneficiando a este universo.

«El imperio contraataca», secuela directa de una nueva esperanza, llegó 3 años después de que «Una nueva esperanza» revolucionara la industria cinematográfica. Las expectativas, como es obvio, estaban por las nubes, pero gracias al gran trabajo de Kershner se consiguieron satisfacer. Este es sin duda el mejor episodio de toda la saga, tanto por su argumento como por la ejecución a nivel interpretativo y técnico.

Otros tres años después llegó la cinta que concluiría la saga inicial, sirviendo de desenlace para todas las tramas abiertas- aunque visto que ya está aquí un séptimo episodio debió de quedar algún hilo suelto sin cerrarse-, «El retorno del Jedi». No nos engañemos, probablemente es la peor de esta primera trilogía pese a que no es mala y consigue cerrarla de forma precisa sin descontentar a nadie. ¿Cuál es el problema? La introducción como reclamo para el público más joven de los putos ewoks y alguna muerte ridícula para cierto cazarrecompensas. Además, el argumento de la mayor parte de la película es básicamente el mismo que el de la primera entrega.

Lo que nos ofrecieron estas dos secuelas fue, como he dicho antes, la creación de un fantástico universo. ¿Os dais cuenta de todo lo que nos habríamos perdido si Star Wars hubiera sido una sola película? No habría un Yoda, ni un Boba Fett, ni Jabba el Hutt, ni Lando Calrissian, ni hubiéramos visto a Darth Vader en todo su esplendor, jamás nos hubiéramos adentrado en lo que significa ser un Jedi, ni conoceríamos con certeza el lado oscuro, ni la fuerza, ni los problemas de la familia Skywalker. Debemos mucho a estas secuelas, sobretodo, y me repito, la mejor película de la saga.

Pausa demasiado larga

Sí, entre una trilogía y la otra pasó demasiado tiempo. No lo digo porque la más moderna trilogía precuela desentonara con sus efectos modernos, su construcción más actual y por que el espectador haya cambiado mucho, no, lo digo porque dio tiempo de sobra a George Lucas para replantearse las entregas anteriores.

El amigo Lucas por lo visto pasó años sin poder pegar ojo porque no estaba contento con las obras con las que todo el mundo estaba contento. Se pasó al lado oscuro y volvió a meterse de lleno en la saga pero de la peor manera posible.

Primero que todo hablaremos del «tuneado» que hizo a la primera trilogía. Todos lo sabréis ya, pero a George Lucas le entró la crisis del Paint y decidió empezar a llenar cada plano de los clásicos con modernos muñequitos animados por ordenador. Pero llenar, llenar. ¿Por qué creía que eran necesarios?

Añadió escenas eliminadas como la famosa de Han Solo y Jabba en «Una nueva esperanza», si fueron eliminadas era porque sobraban, sustituyó a Darth Sidious por el Sidious 2.0, eliminó la banda sonora del mismísimo John Williams en alguna escena, metió un videoclip con más muñequitos en la guarida de Jabba, sustituyó al Anakin Skywalker antiguo por el 2.0, que encima es un mierdas- y me niego a censurar esto- y, lo peor de todo… ¡HAN SOLO DISPARÓ PRIMERO!

Nueva trilogía

Pero esas pifiadas de Lucas no fueron nada comparado a «La amenaza fantasma» y «El ataque de los clones». El señor director demostró aquí que esto no es lo suyo, hizo unas precuelas que demostró- no me explico cómo- que eran necesarias pero la ejecución fue horrible.

¿Por qué eran necesarias? Gracias a ella hemos descubierto cosas que han valido la pena de este universo, hemos visto como era el mundo cuando la orden Jedi era famosa y respetaba, un mundo en el que convivían muchos de ellos luchando contra el lado oscuro. Si bien se centraban en el desarrollo de Anakin hasta convertirse en Vader, me pareció más curioso el lento y obstaculizado ascenso político de Palpatine hasta convertirse en el principal antagonista. Además, nos resolvió de forma magistral grandes dudas como el porqué de que los Skywalker se criaran separados y, mis favoritas, vimos de dónde salió Boba Fett y qué son los soldados imperiales, así como pudimos presenciar el motivo por el cual los Jedi se creen extintos.

Sí, era una saga necesaria para entender bien el universo, pero como decía, George Lucas lo hizo fatal, con obras extremadamente tediosas. Hablo de los dos primeros episodios, claro está, pues el tercero aún consiguió salvarlo pese a que no llegue a la altura de ninguna de las clásicas. Y lo peor es el casting con Anakin. ¿Pero qué vieron en Hayden Christensen? La rana con pintalabios que cantaba en la remasterización de la guarida de Jabba lo hubiera hecho mejor.

Ramificaciones

Pero, aunque hemos decidido hablar del universo cinematográfico, son muchas las ramas en otros medios que han hecho crecer el universo real. Cómics, novelas, videojuegos y, sobretodo, la serie Guerras Clon han tenido un papel importantísimo para ayudarnos a comprender Star Wars.

No obstante, Disney decidió tras comprar los derechos y plantear el futuro de la saga, coger la goma y borrar la mayoría de líneas argumentales paralelas a la película, ya solo los nuevos cómics y videojuegos y la serie que hemos nombrado son las únicas que respetarán con las futuras entregas. Una pena, pero esta parte de la cultura siempre estará ahí para disfrutarla y decidir nosotros que universo preferimos, así como siempre estará a nuestra disposición la trilogía clásica sin remasterizar.

Que la fuerza os acompañe.

J. Justo Moncho

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