«Daredevil vs. The Punisher»; más Hell’s Kitchen, más Marvel

Nota:

Y continúa la oleada de superhéroes en la pequeña pantalla, esta vez de nuevo con el diablo que nos cautivó y maravilló la temporada pasada. Daredevil fue la primera serie basada en un personaje de Marvel emitida en Netflix, además de ser la primera ficción televisiva del MCU con un enfoque claramente adulto, alejado del «para todos los públicos» que ondean muchas producciones marvelitas. La seriedad y oscuridad que rodea el universo de Los Defensores- también conocido por el público menos friki como «todas las producciones de héroes repartiendo guantazos en Netflix» (Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage e Iron Fist)- posiciona a estas ficciones en una situación ventajosa de cara al consumidor más exigente y más esquivo con el mundillo de las capas y antifaces. El público anti-superhéroes disfrutará mucho más con estas obras que con las series de la competencia, de DC Comics, mucho más infantiles y enfocadas a un público adolescente (Arrow, The Flash, Supergirl, Gotham…). Del mismo modo, Daredevil Jessica Jones las únicas que hemos podido ver hasta la fecha de este nuevo universo de la pequeña pantalla- son mucho más adultas que otras series de Marvel más «aptas» como Agent’s of SHIELDAgent Carter. Y ya no solo eso, sino que la oscuridad, el nivel de realismo y su seriedad y crudeza pueden provocar que el público más exquisito se decante antes por estas series que por las películas del MCU, y no se le podría reprochar nada.

Lo dicho, Daredevil ha vuelto a la pequeña pantalla con un traje más molón que hace que sea más fiel a los cómic. Y ya no solo eso, Charlie Cox lo da todo para conseguir, y lo hace, que solo podamos ver su cara bajo la máscara del diablo. ¿Ben Affleck? ¿Quién es ese? Cox demuestra que Marvel no elige a los actores a la ligera, pues ahora cuesta imaginarse un Matt Murdock mejor que él.

Los secundarios que ya vimos en la primera temporada continúan, e incluso reciben más protagonismo, el cual no desaprovechan y muestran un mayor nivel interpretativo en general del que pudimos disfrutar la temporada anterior. Pero no solo están ellos, sino que esta vez se les ha sumado dos personajes de gran relevancia: The Punisher y Elektra.

El primero, Frank Castle, sin duda se lleva gran parte de mis aplausos. El motivo es sencillo: todavía no habían sabido plasmar en las adaptaciones al verdadero Castigador- pese a que en War Zone se acercaron bastante-. Es verdad que sigue sin ser una adaptación perfectamente fiel, pero es la mejor que se ha conseguido hasta la fecha y no va a defraudar. Además, partía bastante escéptico con este Punisher debido a que Jon Bernthal no lo consideraba la mejor opción para hacerse cargo de la interpretación, no porque me cueste verlo con la camiseta de la calavera, para nada, sino porque sencillamente me parece un actor bastante pésimo. No obstante, a pesar de algún que otro momento Bernthal, el actor está a la altura del personaje y lo defiende todo lo que le dejan, pues es cierto que a medida que avanza la trama van desaprovechando más y más al anti-héroe.

Por otro lado tenemos a la nueva Elektra, que ya recibió críticas negativas del mismísimo Frank Miller por los rasgos asiáticos de la actriz que la interpreta. Me gustaría poder reunirme con el señor Miller y, después de sacarme una foto con él, exigirle que me dijera si de verdad prefería la Elektra que hizo la «actriz»- lo he entrecomillado por si algún despistado lo ha leído muy rápido y no se ha dado cuenta- Jennifer Garner. Ésta que presenta Netflix, pese a ser un personaje flojillo y, vale, puede que no esté muy bien interpretado, es mil veces más fiel a lo que había en mi imaginación- escrito por Miller o no-, que la Elektra de las películas -ni se os ocurra ver, por cierto, su obra en solitario, pues ni Matt Murdock la soportaría (perdón por el chiste de ciegos)-.

La incorporación de estos dos personajes tenía que traer consigo por obligación elementos gore que hicieran aún más oscura, si era posible, la serie. Bien, pues lo era y lo logran. No falta sangre, muertes y escenas que a más de uno dejarán sin poder volver a comer sólido en un tiempo. Las coreografías de lucha siguen siendo el fuerte de la serie, así como la gran dirección para grabar éstas. Si en la primera temporada nos trajeron un plano secuencia de una pelea en un pasillo al más puro estilo Oldboy, en ésta se la juegan y añaden una pelea en plano secuencia falseado, pero delicioso, en pasillos Y ESCALERAS, como en Old Boy– cuando lo escribo separado lo hago para referirme al remake que hizo Spike Lee en 2013 de la obra maestra coreana, y lo escribo separado porque así llegó a España este nuevo vistazo-.

La historia es verdad que no es tan buena como la primera o como la genial de Jessica Jones, probablemente debido a que ya no cuentan con la originalidad de la primera entrega, pero sí podemos decir que es más Marvel que ninguna- y eso que contiene menos referencias al resto de obras también que ninguna-. Esto es debido al hecho de que hayan tres personajes tan importantes viviendo sus aventuras a la vez (Daredevil, Punisher y Elektra) y que acaben compartiendo míticas conversaciones en las azoteas de Nueva York. Los diálogos entre Daredevil y Frank, y Punisher y rojo, te devuelven de un guantazo a las páginas de los cómics.

Bien, no nos despistemos. La historia no es tan buena como las otras series que hemos visto en Netflix sobretodo por lo mal encarado que está el final. Intentan contar dos historias distintas a la vez en lugar de juntarlas y hacer que ambos personajes vivan la misma, que era lo que pensábamos que veríamos. Pues no, y el mayor damnificado es Daredevil ya que en la recta final cobra más interés la trama que afecta a Punisher, pese a que en los capítulos centrales de la serie casi llegas a olvidarte de la importancia de El Castigador. Sin lugar a dudas, han intentado abarcar más de lo que eran capaces y ha tenido consecuencias. Esperemos que en Los Defensores, la cual contará con los cuatro héroes protagonistas de las series Marvel-Netflix, no se les vaya de las manos también.

En definitiva, sigue siendo una buena ficción, muy entretenida, oscura y absorbente. Pierde la frescura de su temporada anterior y de Jessica Jones, pero también se arriesga en aspectos de los que sale bien parada, como la presentación de nuevos importantes personajes. Técnicamente sigue siendo mejor que Thor, y con eso me conformo.

J. Justo Moncho

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