«La venganza de Jane», la venganza de Duffield

Nota:

Cuando empezaron a publicar los primeros avances de la película admito que me ilusioné con ella, demasiado probablemente, ya que prometían un western oscuro, género con el que disfruto mucho, en el que se narraba una historia de superación, de odio, de venganza. Una película que debía reunir lo mejor del género de vaqueros con lo mejor de los thrillers de acción de los últimos años. Y bien es cierto que lo cumplen, lo pretenden y lo ejecutan, pero de forma poco acertada.

No es una mala película, la cinta es muy disfrutable durante gran parte del metraje. La historia, pese a servirla digerida y que se desgrana a medida que avanzan los minutos para comprender cómo llegan hasta el punto de arranque, no posee un argumento muy complejo. Pese a que empiezas en mitad de la niebla, ésta la consigues despejar pronto, sin esfuerzo, sin quererlo. No es cine para la gran mente, es cine para el gran público.

Ese es su principal fallo. Una cinta que promete arriesgar y ser novedosa acaba cayendo en la banalidad del blockbuster sin el acierto adecuado. Como decía, busca al gran público, al comercial, pero no desde un inicio, y por ello no funciona. La obra muestra claramente esa primera motivación en hacer algo profundo y especial, algo que marque. Tiene aires de obra maestra, pero nadie la recordará al día siguiente por la razón ya comentada, durante la producción de ésta alguien optó por cambiar el tono y adaptarla al cine de entretenimiento, al comercial, y no cuela, no se sostiene. Terminan creando un monstruo de Frankenstein con los miembros muertos de distintas ideas.

Te sumerges desde el principio en la historia, en la escena final, y poco a poco te van presentando las causas de ésta a través de flashbacks. Estos vistazos atrás están ideados para mostrar el pasado de los dos personajes principales, por lo que en ocasiones cuesta averiguar cuál es la historia que estás viendo. Los de Jane funcionan, es la parte más interesante de la película aunque con demasiados vacíos. Los del personaje de Joel Edgerton chirrían demasiado. El actor me parece que es un buen profesional, pero con un único registro, el de ser un tristón encasillado en una vida dramática. Está bien, la mayor parte de su tiempo en pantalla debe actuar así y lo cumple perfectamente, el problema viene en los flashbacks nombrados, que narran su feliz pasado en una relación amorosa. No, ahí no cumple. Hacía tiempo que no veía nada tan forzado como a Edgerton corriendo por el campo sonriendo tras su amada.

Tenían una ventaja clara en relación a su competencia, y era el reparto. Edgerton es bueno, no famoso, pero cada vez se deja ver más y cumple casi siempre, aunque en Star Wars está horrible. También posee un gran nombre como villano: Ewan McGregor. El actor no está bien, está mejor que en Star Wars, pero no está bien. Es el malo y no se le odia en ningún momento, ni se le coge cariño. Simplemente está ahí, fuera de su época pues no encaja bien en la historia, en el terreno, en el paisaje. En ningún momento ves al malvado Bishop, ves a McGregor disfrazado de vaquero.

Natalie Portman es sin duda la que mejor parada sale. Obviamente, mucho mejor su trabajo aquí que en Star Wars. El problema que tiene es que su personaje promete ser una heroína vengativa que se alza en armas para demostrar que la industria del cine no es tan machista como aparenta, y termina cayendo en el aspecto más vil del negocio, acaba actuando como la dama en apuros a la que creen que tiende cada mujer en el cine de acción.

No obstante, el problema de este despropósito tiene un claro nombre: Brian Duffield. El guionista estaba cumpliendo, consigue hacer durante casi todo el metraje una obra entretenida, con altibajos, eso sí, pero disfrutable a la par de olvidable, como toda peli comercial que se precie. Algo que iba a ser pasable si no hubiera caído en la tentación que destroza el film por completo. Cuando apenas quedan 5 minutos para acabar la obra, es más parece que ya ha concluido, decide sacarse un happy-end de nadie sabe dónde, un happy-end imposible y chirriante, que muestra al espectador lo iluso que ha sido por gastar su dinero y tiempo en ver el trabajo de este señor.

En definitiva, una película que no hubiera pasado a la historia quitándole los últimos 5 minutos, pero puede que ahora lo consiga como la cinta con el peor final jamás visto. No es un final a lo Serranos, tranquilos. No acaba siendo todo un sueño del que al final protagonistas y público despertamos, acaba siendo todo una realidad donde protagonistas y público nos dormimos, termina con un sueño del propio guionista que jamás nos convencerá que es real. Termina siendo el peor «punto final» que hemos visto en mucho tiempo.

J. Justo Moncho

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