«El hombre que quiso ser Segundo», oda a uno de los cientos de pioneros que siguen sin ser recordados

Nota:

El director Ramón Alòs nos ofrece una pieza única y de un valor incalculable no solo sobre la historia de Segundo de Chomón, sino de la historia de los primeros pasos del cine en general. Con una maestría exquisita para narrar, nos invita Alòs a acompañarle por la vida del pionero autor español, contándonos cada aspecto de ésta. En ocasiones esto provoca cambios del ritmo demasiados bruscos, pues le cuesta al director centrarse en lo que quiere contar e intenta abarcar demasiado, yéndose por las ramas. No obstante, esto pasa casi de forma anecdótica.

Hay tres puntos muy importantes, o tramas, que ocupan la película. Primero, la historia de Segundo de Chomón, un repaso a su filmografía y a su vida laboral y aportaciones al séptimo arte. Quizá podría ser la trama principal, por ponerle un nombre, y la más interesante desde luego para el que acceda al film con la intención de aprender más sobre la historia del cine. Está muy bien documentada, no se hace nada aburrida, y repleta de cortes de películas de la época y metidos de forma muy justificada, los cuales ayudan a entender mejor los conceptos y las ventajas que aportaba cada uno de sus inventos, diferenciando la técnica con uso y sin uso del recurso, mediante la exposición de dos ejemplos a modo del antes y después.

Un segundo punto de gran importancia, y a priori por el título del documental parece que la intención era que fuese la línea argumental principal de la obra aunque finalmente no es así, es el de la vida de Primo de Chomón y la relación con su hermano. Es la parte más emocional e incluso intrigante de la película. Narra la vida de los dos hermanos, su relación, y los misterios que rodean a Primo, el mayor de ambos. Claramente, Alòs busca con este punto mantener clavado al espectador más comercial en el asiento, mediante una historia que baila entre el género periodístico del documental con el largometraje de no-ficción. Eso sí, las conclusiones extraídas no son muy convincentes debido a que la labor periodística está a medias, carecen de pruebas suficientes y de fuentes realmente relevantes para dar como cierto el resultado final. No obstante, se convierte en un muy buen entretenimiento toda la historia de los hermanos.

Estos dos primeros puntos, además, mezclan de forma magistral los cortes de entrevista o imágenes de archivo con una representación rodada sobre la historia que nos cuentan. Una ficción con el gran Ramón Langa interpretando a los dos hermanos que, pese a ser escasa y hasta innecesaria, ayuda a mantener el nivel de entretenimiento durante todo el metraje.

El tercer punto es el que más me chirría, que es la documentación sobre el propio rodaje del documental. Hay momentos que parece que el proyecto era filmar sobre cómo se hace una película de investigación. Este making of metido en medio de la obra choca demasiado debido a que no es su lugar. Podría ser un documento muy entretenido si lo presentaran a parte, pero con los dos primeros puntos (incluso con el primero solo) hay más que de sobra para hacer una película sin necesidad de contar cómo la haces. Podemos ver cortes sin sentido que ni aportan nada ni entretienen, muchas cosas que deberían quedar fuera de la cinta, y muchos, muchos gritos de Alòs a todo el mundo e incluso momentos de sobreactuación de las personas que aparecen, cosa que no tiene sentido al tratarse de un documental, pues no deberían actuar.

No obstante, este tercer punto a penas son unos minutos de la obra y no quita todo lo bueno que aporta. Es una imprescindible película para todo amante del cine y que quiera descubrir más de aquellos primeros años, pues sin duda se hace un repaso perfecto de lo que fueron los inicios de la industria, con los actores más importantes del mercado- como Méliès, los Pathe…- y se nombran aquellos inventos e inventores revolucionarios que nadie recuerda hoy, del mismo modo que a Segundo de Chomón, el cual ha sido borrado casi por completo de la historia del cine y no lo merece. Este documental es lo que merece, esta oda a la generación olvidada pero cuyos inventos agradecemos en el cine actual, pues no existiría la nueva industria si estas personas en algún momento no hubiesen sido recordadas y reconocidas.

J. Justo Moncho

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