«Neruda»; liberador y jugoso biopic para un poeta genial
Uno de los cineastas más en forma de los últimos años (no sólo en el panorama latinoamericano) vuelve a brindarnos una obra atrevida, crítica y juguetona en las formas narrativas. Una mirada descarnada y nada convencional del poeta chileno más reconocido de la literatura, Pablo Neruda.
Larraín vuelve a mover la cinta en los terrenos de lo irreal metiendo el dedo en la yaga ante formas y temas convencionales, aquí lo hace con el biopic y la figura habitual que se nos muestra del artista. Larraín nos presenta un Neruda falsamente construído por si mismo, un hombre egocéntrico y aburguesado; furioso y genial que se redondea por la excelente encarnación del poeta por parte de Luis Gnecco.
El cineasta chileno envuelve en ese claroscuro al espectador, jugando con la realidad y la ficción, tanto en la propia narración del filme como en la transmisión al espectador, destacando su uso del montaje. Jugando con el thriller novelesco clásico con la inclusión del policía interpretado por Gael García Bernal, persiguiendo a Neruda durante todo el metraje y que contiene un fuerte sentido en el juego narrativo de Larraín al ser el narrador delegado en la historia; mostrando su pensamiento, su fervor por ser recordado.
Larraín descoloca y rompe los esquemas del tan marcado género del biopic y propone formar una nada altiva mirada a una figura tan venerada e importante en el país chileno como el poeta Neruda. Un filme fascinante, más nerudiano que académicamente biográfico, que confirma a Larraín como uno de los cineastas más excitantes del panorama actual; colocando el dedo en la yaga del convencionalismo estético, narrativo y moral.
