«Quarry»; Cuando la peor herida es sobrevivir a la guerra

Nota:

Ante la mirada de una tortuga, un disparo en la espalda a orillas del Mississippi. Un inquietante y simbólico inicio para una serie que nos devuelve a los años 70 y las típicas producciones sobre la Guerra de Vietnam. Basada en la serie de novelas pulp de Max Allan Collins, escritor de Camino a la perdición llevada al cine por Sam Mendes en 2002, cuenta la historia de dos excombatientes que regresan a casa tras una indiscriminada matanza en el país oriental. Con este punto de partida, uno de los dos veteranos, Mac Conway, alias «Quarry», interpretado por Logan Marshall Green (Prometheus, Ridley Scott, 2012), deberá rehacer su vida ante el rechazo de la sociedad y su propio estrés postraumático en plena era Nixon.

Quarry no es un producto al uso sobre Vietnam, como lo pudieran ser en su día Tour of Duty (1987-1990) o M.A.S.H. (1972-1983), ni un drama bélico como la miniserie Band of Brothers (2001), sino una serie narrada en clave de thriller con mucho aire de neo-noir. De este modo la serie no se centra tanto en el protagonista, que pasa, deliberadamente, como un fantasma en muchos momentos, sino en sus circunstancias y de sus relaciones con los personajes secundarios, todos ellos redondos. Una colección de individuos con marcadas y atractivas personalidades, donde destacan Damon Herriman, que ha aparecido en series como Breaking Bad o Justified, como un matón homosexual en una época y un país que aún no era tan libre como pintaba, que hace suya cada escena en la que sale; Peter Mullan, visto en películas como Trainspotting (Danny Boyle, 1996) o Braveheart (Mel Gibson, 1995), que interpreta al peculiar gangster a cuyas órdenes está Quarry; y la desconocida hasta ahora en nuestro país Jodi Balfour, vista en la serie canadiense Bomb Girls (2012), como la sufrida esposa del protagonista.

Cada capítulo fluye lento, guardando interés en cada detalle. Como en las mejores novelas negras, nadie es del todo bueno, ni siquiera cuando se tocan temas raciales y alguno es víctima de los tiempos adversos; la naturaleza humana, el instinto de supervivencia, aflora en ocasiones en el peor de los sentidos aprovechándose incluso de la gente de tu raza. Tampoco es una serie fácil de digerir, ni pretende ser un entretenimiento más, sino algo que realmente incomode y toque la conciencia. Un acierto de la cadena Cinemax, filial de HBO, el apostar por un formato arriesgado que logra mantener el interés durante todos los capítulos, dirigidos por un experto en series como es Graig Yaitanes, sus trabajos en Banshee, House, Perdidos, Caso abierto o Prision Break lo avalan, logra en Quarry su prestigio.

Con una fotografía de notable factura y rodada con un estilo de las películas del género bélico de los 70 sin cortarse a la hora de mostrar la cruda violencia. Ambientada en la ciudad de Memphis, la serie cierra un círculo gracias a dos tensos e impactantes, cada uno a su manera, planos secuencia: uno de amor, en el primer capítulo, y otro de muerte, en el último. La simbiosis entre ambos nos llevan a un final, en cierta medida, sorpresivo y, ante todo, contundente, que bien podría ser la conclusión de una miniserie. Aunque una segunda temporada al mismo nivel no sería una idea nada descabellada.

Gabriel Martínez Ruibal

Gabriel Martínez ha escrito 143 artículos en Ciempiés.

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