«Godzilla: El planeta de los monstruos parte I»; absorbente aunque irregular primera parte de la miniserie del monstruo japonés
Netflix nos trae la primera parte de esta versión futurista de Godzilla, donde los monstruos han conseguido dominar el planeta Tierra
El mítico monstruo japonés vuelve de manos de Netflix. En esta ocasión, se nos trae a modo de miniserie anime. Godzilla: El planeta de los monstruos estará compuesta por dos capítulos interrelacionados. De momento solo podemos disfrutar de su primer capítulo con una duración de una hora y veintinueve minutos.
Concretamente, Godzilla: El planeta de los monstruos parte I nos muestra al famoso kaiju en un futuro lejano. En este futuro, los monstruos han conseguido dominar la Tierra y la humanidad se encuentra exiliada en el espacio. En una nave con unos pocos supervivientes, las pocas personas restantes buscan un nuevo planeta habitable. Godzilla domina la superficie terrestre y es temido por todos. Sin embargo, aparece una tenue aunque ávida esperanza para derrotar al Godzilla.
Con una animación muy cuidada, esta película se muestra muy fiel a la mitología y clásicos alrededor de Godzilla. Sin embargo ha ido un paso más allá, proponiendo un contexto de varios años adelante. Este futuro está meticulosamente formado, con alta tecnología y numerosos cambios en el paisaje. No es algo nuevo que veamos, pero sí en la historia del kaiju más famoso del cine.
Belicismo predominante
Aún habiendo un protagonista, las tácticas bélicas ultramodernas predominan en la película. En la mayor parte se habla de estrategia, infantería, recursos y otros tecnicismos incomprensibles. También se centra mucho en la rama biológica. Los tecnicismos científicos empleados son muy recurrentes. Es decir, la trama se asemeja a una expedición científica hecha por expertos, en esta ocasión, a una Tierra totalmente desconocida.
Esto provoca un gran fallo, pues tanta palabra inentendible hace perderte continuamente. Incluso lleva al aburrimiento con numerosa facilidad, pues no ocurre gran cosa y solo hechos puntuales te hacen interesarte. Demasiada tecnología y pocos monstruos es lo que vemos en pantalla. Esperemos que Godzilla: El planeta de los monstruos parte II nos traiga algo más de acción y variedad en cuanto a criaturas.
No obstante, el último tercio de película nos ofrece todo aquello que no nos había dado los dos primeros. Aunque el instinto bélico sigue siendo la esencia de la trama, la acción se dispara. Una ardua lucha contra Godzilla nos muestra planos impresionantes incluso para el anime. Además, las escenas épicas que se suceden constantemente acompañadas de una música acorde a la situación consiguen atraernos aún más.
Animación muy perfeccionista
Aunque no es la animación común japonesa y encontramos un falso 2D, como en Blame!, el cuidado de cada detalle ensalza su calidad visual. La gran expectativa siempre estaba en ver al poderoso Godzilla. Aunque se haga esperar y sea escasa, su aparición está muy acertada. Con un diseño que hace recordar al Godzilla original y al de Shin Godzilla, su apariencia es espectacular. Sin embargo, lo que más me sorprendió fue en los trajes, cascos y vehículos humanoides. Esa calidad de detalle con cada roce y cada desgaste denota un gran trabajo detrás de esta producción. Además, hay que añadir unas primeras imágenes a modo de introducción sublimes.
En cuanto a los paisajes y escenarios, su profunda oscuridad y sus tonos malvas y grises acercan a la evolución tecnológica mezclada con la devastación terrestre. La vegetación existente se muestra exultante, con tonos verdes oscuros para así conseguir ese aspecto tenebroso y frondoso de un bosque que esconde algo más.
En resumen, Godzilla: El planeta de los monstruos nos trae una versión futurista del clásico de cine. Pese a sus pequeños defectos, es una película que cumple nuestras expectativas y que llega a entretener. Quizá el mayor defecto es su tediosa y complicada conversación en términos militares que te cuesta seguir el argumento. Aunque esto no es un obstáculo para la gran animación que ofrece.
