«Misión Imposible: Fallout»; McQuarrie y Cruise confirman el impecable crescendo de la franquicia

Nota:

Tras 22 años de la “hitchcockiana” e icónica primera entrega firmada por Brian De Palma, una de las sagas más memorables y atractivas del blockbuster contemporáneo confirma un crescendo en cualidades fílmicas y narrativas sin perder el espíritu de la saga; llegando ya a una sexta entrega que ofrece más en todos sus aspectos, que complejiza las relaciones, emociones y motivaciones de sus personajes; alzándose desde el impecable y brillante pulso que Christopher McQuarrie le ha dotado a la franquicia. Recuperando un vibrante espíritu de acción clásica y dibujando al Ethan Hunt más complejo y romántico de la saga. 

Ethan Hunt (Tom Cruise) y sus compañeros de fatigas son ahora un grupo independiente y fugitivo fuera de las organizaciones oficiales de seguridad (como ya confirmó su anterior entrega) salvo el contacto del anterior jefe y aliado (Alec Baldwin) que, tras una misión fallida en Berlín para recuperar tres peligrosas cabezas nucleares y evitar que llegue a manos de los Apóstoles – los nombres secretos de la anterior El Sindicato -; una sociedad de agentes secretos rebeldes que buscan terminar con el Viejo Orden y del que siempre ha sido líder el detenido Solomon Lane (villano del capítulo anterior interpretado por Sean Harris).

Tras esa fallida misión y las evidentes posiciones discutidas sobre el papel y la falta de pensar en favor de la misión por encima de sus amigos e integridad moral, Hunt viaja a París en la que en una fiesta nocturna y privada una intermediaria vendedora de armas conocida como la Viuda Blanca (Vanessa Kirby) va a reunirse con un ideólogo de los Apóstoles para dar con las cabezas nucleares. Siempre eso sí, acompañado por un contundente espía de la CIA, el agente Walker (Henry Cavill); que le vigilará en su cometido y trabajará en favor de las ordenes de su Estado y jefa de organización (Angela Bassett), teniendo ambos que formar compañía a la fuerza.

Tras dos primeras entregas que se sustentaban de forma independiente – no nos borramos de la memoria el desastre de la secuela de John Woo -, con la llegada de J.J. Abrams en la dirección de la tercera entrega y en la producción de la franquicia y junto al innegable (y admirable) compromiso y liderazgo de Tom Cruise con la saga, Misión Imposible empezó a conformar una estructura mucho más sólida y continuista, ofreciendo el espectáculo de acción y espionaje que se le exige (y mucho más), ofreciendo de paso un mayor dibujo coral de nuevos personajes y aliados; obteniendo un esqueleto serial realmente sólido y que, en vez de desgastarse con las nuevas entregas, ha conformado una de las sagas de acción más sólidas, fieles y emocionantes del cine contemporáneo, que parece crecer con cada entrega venidera.

Tras la notable, espectacular y elegante Nación secreta, el británico Christopher McQuarrie es el primer director (y curtido guionista) de la franquicia en repetir en su puesto – escribiendo además en solitario el libreto -, ofreciendo una de las normas clásicas de las continuaciones (más y mejor) en una entrega enrevesada en su praxis dramática y en sus elementos de espionaje; en una trama de terrorismo nuclear soñado por un megalómano líder en busca de un nuevo orden global en la que caben agentes dobles, espías y anarquistas con sus propios intereses y que profundiza en la ya estructurada relación entre los personajes (incluidos los nuevos) y ofrece una trágica ambigüedad y poso emocional a la psique de Ethan Hunt como héroe torturado que debe lidiar con sus convicciones morales frente al mundo que le rodea; en un dibujo del heroísmo complejo y el sacrificio que poco tiene que envidar al de la magistral El caballero oscuro de Christopher Nolan.

Otro elemento que merece destacarse dentro de la franquicia Misión Imposible es que ha terminado siendo una rara avis en el blockbuster contemporáneo, apostando por unas brillantes e inolvidables set pieces de acción cada vez más majestuosas y emocionantes que reniegan del CGI digital que impera en el cine comercial actual y, sobre todo una mirada a la acción con un profundo background, no como exigidos elementos estéticos en una cinta de entretenimiento sino que suponen un motivo y fondo emocional en los personajes que otorgan aún más brillante valor a las ya de por sí impecables secuencias de acción, siendo de nuevo difícil quedarse con sólo una; a elegir entre la persecución en Paris, la pelea en los baños o ese duelo de helicópteros final.

Las nuevas incorporaciones no restan sino que suman, la presencia de un notable Henry Cavill (con el famoso bigote y sin el traje de Superman) como el claroscuro agente de la CIA, que ofrece un contrapunto al carácter e ideales de Hunt que otorgan mayor peso en la verdadera protagonista dramática del filme, la psique del propio Hunt; su torturada y responsabilidad emocional pasada, tanto con su esposa como sus compañeros y su propia figura; tejiendo un halo trágico, puro y ambiguo como la bondiana Skyfall y en la que Hunt y Cruise se alzan como el último héroe romántico, fiel a sus principios morales del cine de acción.

Merece la pena destacar la gran presencia de sus compañeros en una vuelta evidente a la coralidad de la divertida Protocolo Fantasma en el que vuelven a brillar una bella y letal Rebecca Ferguson cono Ilsa Faust – la chica Hunt perfecta para la franquicia tras su fascinante y excelente presentación en Nación secreta -, Simon Pegg y la llegada de Vanessa Kirby, ofreciendo un papel sexy y fascinante de armas tomar como la misteriosa Viuda Blanca.

McQuarrie firma y escribe una de las cintas de acción más perfectas de los últimos años, tejiendo un estructurado homenaje y esqueleto narrativo que el fan de la saga agradecerá y que sabe ir más allá en lo visual y en su poso dramático, dibujando con mayor profundidad el lazo entre los personajes, sus motivaciones y psicología y centralizando el motivo dramático en la atormentada psicología del Hunt más ambiguo y romántico mimetizado en la entrega física y carisma de un Tom Cruise perfecto y comprometido que saca adelante con su halo de superestrella (como pocos en el cine actual) una franquicia sólida, impecable y que el cine de acción contemporáneo necesitaba con urgencia, sin perder un ápice (sino aumentando) de sus marcas icónicas y espectáculo; más bien todo lo contrario, aumentando sus cualidades y alzando la saga a una de las más memorables del cine de los últimos tiempos.

 

Jose Asensio

Jose Asensio ha escrito 532 artículos en Ciempiés.

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