«Juliet, desnuda»; entrañable cinta indie sobre la madurez y la búsuqeda de nuevos caminos desde un estupendo reparto aunque algo forzado en ciertas decisiones dramáticas

Nota:
El aclamado escritor Nick Hornby ve adaptada otra de sus novela tomando de nuevo temas como la inmadurez de treintañeros que rozan los cuarenta y la música como elemento relevante en un filme que decae a casa de forzados giros y decisiones sobre sus estimables personajes protagonistas

Basada en la novela del aclamado novelista y guionista Nick Hornby (Alta fidelidad, An Education, Brooklyn); adaptada por nombres como la cineasta Tamara Jenkins (Private Life) y Jim Taylor (colaborador en los guiones de Alexander Payne). Juliet, desnuda resulta una dramedia indie entrañable y con encanto que pierde la naturalidad de su tono a causa de las decisiones forzadas y poco orgánicas que sus personajes toman en su evolución.

El filme nos presenta a Annie (Rose Byrne) y Duncan (Chris O’Dowd); dos treintañeros largos que llevan una vida aparentemente tranquila. Duncan es un intelectual profesor universitario de audiovisuales que vive obsesionado desde hace años por el misterio y fanatismo que le suscita su cantautor favorito; Tucker Crowe. Que tras una carrera indie en su juventud se retiró repentinamente y suscitó dentro de sus pocos fans (y en el foro que Duncan lleva) leyendas sobre su retiro y su olvido. Annie desea ser madre y en una casualidad ofrece una critica sobre un álbum de Crowe en la web de su pareja; al poco tiempo, recibirá un mail del propio Tucker Crowe (Ethan Hawke) con el que llevará una sincera amistad desde el móvil, hasta que el cantante decida ir a Londres para visitar a una hija embarazada y de paso a Annie; empezando allí un extraño y curioso triángulo entre los protagonistas.

Personajes entrados en edad que buscan asentarse, redimirse y madurar presentados con encanto, no son suficiente para que Jesse Peretz ofrezca desde su naturalismo indie una propuesta notable; a causa de unas forzadas y excesivas decisiones de guión de los personajes que enturbian los elementos tan estimables de la obra de Hornby y de nombres como Judd Apatow (que opera aquí como productor).

Aún así, el filme deja momentos de buena comedia y se sostiene con encanto gracias a sus entregados actores; en especial un Ethan Hawke en su salsa como fracasado músico e icono de culto para unos pocos de la Generación X (como él lo es gracias a Reality Bites en el cine) y una fantástica Rose Byrne; actriz merecedora de mayor reconocimiento y que sigue mostrando una gran habilidad en las comedias. Juliet, desnuda podría haber sido mucho más con un guión más orgánico en la evolución de sus personajes; perdiendo su naturalidad en unos personajes algo unidireccionales y forzados en sus cambios y decisiones.

Jose Asensio

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