«Mowgli: La leyenda de la selva»; terribles efectos visuales en el maquetado de animales eclipsan un producto medianame te decente
Grandes actores como Christian Bale, Benedict Cumberbatch, Cate Blanchett y Andy Serkis dan voz a unos animales icónico en el mundo del cine
Antes de ponernos a analizar en profundidad esta película cabe aclarar que no es El libro de la selva que nos proporcionó Disney allá por 2016. Yo mismo dudé hasta el momento de su visionado. Se trata, para poner en situación, de una película que fue creada por Warner Bros. ¿Por qué ha sido, entonces, distribuida por Netflix? Es fácil. La propia Warner pensó que, dada su cercanía y la gran diferencia de calidad, estrenar esta película en cines no reportaría beneficios.
Dirigida por Andy Serkis (más conocido en el rol de actor que en el de director), Mowgli nos cuenta la educación de del cachorro humano por una manada de lobos que lo acogen. Frente a él, el temible tigre Shere Khan siempre está al acecho y pone en peligro la vida del niño. Sin embargo, no es Khan lo más temido en la selva. Mowgli descubrirá por las malas el peligro del hombre en la naturaleza y el justificado pavor de los animales hacia él.
Con un gran reparto, esta película prometía un gran entretenimiento. Actores consagrados dan vida a las voces protagonistas del filme: Christian Bale es el intérprete de la pantera Bagheera; Bennedict Cumberbatch ofrece su voz para el temible Shere Khan; Cate Blanchett hace de la serpiente Kaa; y el propio Andy Serkis como Baloo. Por su parte, el joven Roban Chand da vida a Mowgli de una forma bastante decente.
Pésimos efectos especiales afean un buen argumento
Hasta en cuatro ocasiones he tenido que iniciar el visionado de Mowgli. Sé que una valoración no debe basarse en gran medida en los efectos visuales. El argumento, el efecto de inmersión, el disfrute y las actuaciones son los cuatro grandes pilares en una producción. No obstante, cuando lo que llevas pensando toda la película es quien ha podido idear semejantes seres y estar satisfecho… Desde el primer momento que se ve a los lobos ves que algo falla. Parece ser una mezcla alienígena entre un perro y con ciertos rasgos humanos. Baloo y Bagheera son ya la gota que colma el vaso (os invito a googlearlo).
Por el resto, la película está bien cuidada, con un guión diferente al que estamos acostumbrados de El libro de la selva. Se basa principalmente en la evolución de Mowgli como ‘lobo’ parte de la manada y su esfuerzo vano por ser aceptado. Mucha más oscuridad, tragedia y sangre de lo que recordamos de este clásico (obvio que Disney jamás abarcará una historia de esta forma). Además, acompañada de una genial banda sonora, que hace delicias para nuestros oídos en todo momento.
En resumen, esta película sólo tiene un fallo, pero resulta ser tan grande que eclipsa lo que podía ser una buena obra. 144 minutos que no hacen más que llorarte los ojos de ver monstruosidades entre mezclas de un oso y un anciano muy arrugado. No la pongáis a los niños o destruiréis su infancia.