El Ministerio del Tiempo


 Anoche concluyó la primera temporada de la que sin duda ha sido la serie revelación del año. Con una trama a medio camino entre la ciencia ficción inglesa tipo Doctor Who y las series policíacas españolas de principio de siglo tipo El Comisario, la serie nos mete en el mundo de un ministerio que se ha mantenido en secreto desde la época de los Reyes Católicos: El Ministerio del Tiempo. En este se custodian unas puertas que dan a otras épocas de España, y sus funcionarios tienen la misión de evitar que la gente utilice portales secretos para reescribir la historia a su gusto.

 Sinceramente, jamás pensé que pudiera funcionar una producción española para televisión con tantos elementos fantásticos, pero los buenos efectos digitales, toques de humor naturales, no forzados, y la buena construcción de los personajes protagonistas convierten la serie en uno de los mejores productos que hemos podido ver en mucho tiempo en la tele española. Arriesgada, atrevida y moderna, muy moderna.

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 Quizá no destaque tanto por sus tramas principales de cada episodio, pero sí por las historias que arrastran los tres protagonistas en sus vidas, destacando la pérdida de la mujer de Julián y cómo va influyendo esto en su trabajo en el Ministerio, además del excelente giro de los últimos capítulos en la historia de Amelia Folch. Las actuaciones son buenas, o aceptables, en su mayoría. En este apartado destaca negativamente Jaime Blanch, el cual hace un papel de jefe muy deficiente, demasiado. Otro fallo que se comete tanto en esta como en la mayoría de series españolas, y no entiendo el porqué, es la falta de respeto por las pausas dramáticas en los diálogos. Por culpa de esto las conversaciones pierden naturalidad, dejando ver que saben de antemano lo que van a decir cada uno, algo que no debería notar el espectador jamás.

 Como decía antes, pese a que las tramas son una mezcla entre el thriller dramático y la ciencia ficción, el humor está presente en cada capítulo. Los chistes sobre las diferencias de época, y lo que ello conlleva, entre los protagonistas son frecuentes y utilizados con maestría, así como los cameos de personaje históricos, en ocasiones con el único fin de sacar la sonrisa al espectador.

 Ahora bien, una de las principales barreras a la que se enfrentaba la serie era la de contar la historia española sin intentar llevarla a su campo. Es decir, este es un país dividido prácticamente desde siempre por ideologías opuestas y TVE no destaca por ser una cadena objetiva pese a ser la televisión pública, por ello podrían hacer caído con facilidad los productores y guionistas en la tentación de contar subjetivamente eventos históricos o dar un trato distinto a personajes importantes en la historia. Por suerte, tomaron la mejor decisión posible a la hora de escribir la serie: ser objetivo. Narran la historia con una imparcialidad admirable en estos tiempos, sin engañar ni insultar a la inteligencia del espectador, y esto es de agradecer.


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Un «continuará» que por los pelos no es un «fin»

 A pesar de que la serie siempre ha contado con el apoyo de la crítica y los espectadores, estuvieron a punto de cancelarla por las bajas cuotas de audiencia. Por suerte, la petición de sus fans convenció a la cadena la cual renovó el contrato para la distribución de una segunda temporada.

 El capítulo que pudimos ver ayer es sin duda el más arriesgado y completo de la serie. El Ministerio del Tiempo muestra todas sus cartas enseñando de lo que es capaz y lo que puede ofrecer una trama tan compleja. Por fin deciden llevar más allá la historia de viajes en el tiempo, jugando con efectos mariposa y revelaciones respecto al futuro de los personajes, que a su vez transcurrirá en una línea temporal pasada. Un cacao bien estructurado propio de los mejores thrillers psicológicos que comparten este juego con el tiempo, como la reciente Interstellar de Christopher Nolan.

 Además, tiende la mano al espectador para que complete la narración en su mente, no solo con el abierto final sino también con (SPOILER->) la escena en la que Julián intenta evitar el atropello de su esposa. Esta crea ciertas dudas que a falta de ser resueltas invitan al debate. ¿Hubiese fallecido su mujer de no haber sido por la intervención de él desde el futuro? (<-FIN DEL SPOILER)

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 La serie merece ser vista por lo original de la propuesta en comparación al resto que ofrece nuestra arcaica televisión. Una primera temporada que, aunque no se ha explotado del todo, demuestra lo que puede dar de sí la serie en la siguiente. Un buen inicio que si no lo habéis visto todavía no sé a qué esperáis. Es algo único en España.

Valoración (sobre 10): 6

 Duda propia: Cuando Julián es reclutado en el primer capítulo su jefe le explica que solo se puede viajar al pasado, pues la historia ya está escrita y es la que es. No obstante, el presente de este es a su vez el futuro de Amelia y Alonso, por lo que debería haber una versión del Ministerio desde épocas futuras al año 2015. Por ejemplo, si en la siguiente temporada es desde el 2016 podrían viajar al 2015, por lo que en 2015 deberían poder viajar al 2016 como hacen continuamente Amelia y Alonso en misiones que transcurren en épocas superiores a la suya, ¿no? Un lío sin duda, pero que deberían planteárselo los guionistas aunque quizá sea el «la historia es lo que es» una excusa fácil para no arriesgar más todavía narrando historias sobre el futuro.

J. Justo Moncho

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