Miyamoto nos trae el último largometraje de la extensa serie de animación japonesa One Piece. Antes que nada he de decir que no sigo la serie, primero porque no me llevo muy bien con el anime y segundo porque tampoco conecto con las series de larga duración. Y con «larga duración» me refiero a las que tienen 5 temporadas de 20 capítulos cada una o así, pero es que ésta encima lleva más de 700 capítulos. Una locura.
Pues eso, partiendo de que lo único que conozco de este anime es lo que recuerdo de los capítulos que se emitieron hace 15 años en programas infantiles de España, lo que por lo menos me da una base sobre la naturaleza de la serie y algunos de los personajes -muchos no los llegué a ver- trataré de hacer una crítica correcta desde el punto de vista de un no aficionado.
Se trata de una película donde abandonan la trama de piratería para centrarse en la planificación de un robo para rescatar a uno de los miembros de su tripulación. El protagonismo está muy mal repartido, habiendo personajes que apenas participan en la historia, tal vez parcialmente con algún chiste como mucho. La pantalla la roban Luffy y Nami, así como un nuevo personaje que proviene del pasado de esta última y absorbe mucho de ese protagonismo.
El inicio es quizá lo peor de la película, siendo muy infantil y forzado. Le cuesta meterse de lleno en la trama principal, lo que afectará de forma directa en la segunda parte del film al meterle prisas. A partir de mitad de película sí es cierto que mejora mucho, pero le queda poco espacio para explorar estos nuevos conflictos debido a esa introducción tan estirada.
Tiene una pelea final un tanto liosa pero muy atractiva visualmente, además con un acompañamiento musical que le dota de más épica si cabe. Este último punto es importante, pues durante toda la película el hilo musical está muy bien seleccionado, por lo que se convierte en un personaje más de la cinta.
Una producción que no sé si será suficiente para los seguidores, pero que alguien que no sepa de qué va la serie podrá disfrutar sin perderse, ya que está escrita «para tontos», explicando el porqué de cada cosa que sucede. Quizá esto lleva a la desesperación del fan de One Piece ya que repiten cosas que ya sabe probablemente, pero a mí me ha facilitado mucho la comprensión y he podido así disfrutar de ello.