«Terraformars»; si no te gusta Takashi Miike ni lo intentes
El polifacético director japonés ha tocado ya todos los géneros, desde el drama (Rainy Dog) hasta el cine de superhéroes (Zebraman), desde el musical (La Felicidad de los Katakuri) hasta el western (Sukiyaki Western Django), pasando obviamente por el cine de yakuzas, terror, gore… Todo, todo, vamos. No obstante, los hay un subgénero al que le está cogiendo bastante gusto últimamente: las adaptaciones de mangas.
Al igual que hizo con títulos como Crows o Ichi: The Killer (sin contar la próxima JoJo’s Bizarre Adventure: Diamond is Unbreakable que se rodará en Sitges los próximos días), Miike ha decido llevar a la gran pantalla y en acción real una nueva historia que proviene directamente de las viñetas de un cómic japonés. Trata sobre un grupo de criminales que son contratados para una misión a priori sencilla a cambio de quedar libres de la prisión, además de una cuantiosa cantidad de dinero. El problema es que lo que en un principio parece una sencilla aventura en Marte para desinfectarla y dejarla lista para que los humanos puedan vivir ahí, acaba convirtiéndose en una terrible experiencia donde tendrán que luchar contra unas cucarachas evolucionadas para sobrevivir. Una mezcla entre Starship Troopers y Power Rangers, pasando un poco por el Digimon aquél en el que eran los niños los que se convertían en los monstruos digitales.
Una locura que solo puede plasmar la friki mente de Miike. El director japonés destaca por la facilidad que tiene reconstruyendo sus guiones para meter elementos inusuales e inesperados, como el final de la primera entrega de Dead or Alive. Aquí no se espera a la recta final de la película, nada más empezar ya se le va la olla.
¿Qué esperabais? Partiendo de la premisa y del quién la dirige ya tienes que estar más que preparado para encontrarte con un producto alocadamente único y no apto para todos los estómagos. Una frikada. No es el Miike de dramas ni thrillers, es el Miike que convierte una tormenta de ideas, un sucio de notas, en un guion final. Y a mí me ha entretenido mucho.
Mantiene elementos de su cine como el humor negro, pero se nota – desde el desconocimiento completo de la obra original- que no ha sobrepasado las fronteras de delimitaba el manga. El divertido diseño de las cucarachas es idéntico al de los dibujos, así como las transformaciones de los protagonistas.
Cojea, eso sí, en algunos flashbacks demasiado largos y en la falta de una historia potente para aligerar tanta pelea. Y esto es una opinión muy personal, pero a mí tanta escena de acción sin diálogo se me atraganta, creando barreras al libre avance de la trama. Por lo demás me parece un título entretenido pero reconociendo que yo estoy muy entrenado en el director y ya conozco sus locuras. No es una obra comercial pese a que debería estar enfocada así por todo el rollo del espacio y los superpoderes, pero tampoco es para evitar verla. Es una película más de su muuuuuuuy extensa filmografía.