Michael Peña y Lizzy Caplan protagonizan este blockbuster de una genial idea y una ejecución algo falta de carisma
De mano de Ben Young nos llega este blockbuster. El director australiano ya es conocido por su anterior obra Hounds of Love, un drama de terror que sorprendió a todos en 2016. Ahora, emitida mediante la plataforma Netflix, nos llega esta película de acción y misterio. Extinction podría haberse convertido en la película más correcta de Netflix, si no hubiese sido por algunos pequeños fallos.
Peter, un padre de familia, no deja de tener un sueño en el que pierde a toda su familia. Alice, su esposa, se ve estresada por su marido. Sin embargo, su sueño no es más que el preludio de una invasión alienígena. Al momento de llegar, estos alienígenas empiezan a arrasar el planeta y a todos sus habitantes con fuerza letal. Peter, Alice y sus hijas, Hannah y Lucy, tendrán que escapar y buscar la forma de llegar a un lugar seguro.
Lo primero en recalcar es el reparto con el que cuenta este filme y su resultado. Actores como Michael Peña, Lizzy Caplan y Mike Colter son los nombres más importantes. Un elenco que no está nada mal para una película de la que apenas hemos oído hablar. Sería un buen reclamo. Sin embargo, en la pantalla no es oro todo lo que reluce. Con unas actuaciones bastante normalitas, la falta de compenetración entre Peña y Caplan (los protagonistas) se hace muy notoria. Sus reacciones y diálogos se tornan forzados y no se ve una simbiosis necesaria para interpretar un matrimonio que, en una situación como tal, deben ser el pilar del otro. Las niñas, como en todo blockbuster, son odiosas (una más que la otra).
Gran argumento con pobre final
Extinction ofrece 95 minutos de entretenimiento. A medida que avanza, la trama se vuelve cada vez más interesante. Una gran evolución del problema, un giro de guión y recursos, como flashbacks, totalmente justificados. En ningún momento decae la tensión y, aunque la desinformación principal propone varias cuestiones, poco a poco se empieza a esclarecer el misterio. Quizá los efectos son algo escasos y eso hace perder encanto a la película. No obstante, se compensa con una oscura verdad detrás de su fachada.
Si bien hay que buscar un gran pero, ese es la recta final de Extinction. No quiero hacer spóilers, y no voy a hablar de nada más, pero (si quieres deja de leer este párrafo) era necesaria una muerte protagonista. En el tiroteo final, estaba claro quién debía morir. Sin embargo, el apego y la sensiblería de la familia ha sido más poderosa que el morbo y el atractivo cinematográfico. Además, cabe decir que nadie espera una segunda parte y por tanto, el círculo debería haberse cerrado. Por el contrario, Young ha decidido que era mejor dejar un final abierto y que cada uno especule sobre el desenlace.
En resumen, un atractivo filme que tiene errores que lo condenan a ser una película más. No obstante, es una buenísima idea para diferenciar algún largometraje de calidad en el largo catálogo de Netflix. Si por el contrario, tenéis alguna mejor idea, dadle una oportunidad el día que no tengáis nada pensado.