«A la deriva»; hazaña de supervivencia basada en hechos reales que cae en el desastre por su azucarada historia romántica y un desarrollo poco inspirado y ralentizado

Nota:
Siguiendo uno de los subgéneros más utilizados en el cine reciente como es el de la supervivencia, dejar a uno (o varios) personajes a merced de la naturaleza y sus fenómenos mientras gracias a su ingenio y valor por sobrevivir continúan luchando hasta el límite de su mente y físico

El islandés Baltasar Kormákur dirige de nuevo un filme de supervivencia basado en hechos reales tras la coral Everest y una filmografía irregular sin un rumbo temático claro entre su país natal y los estudios de Hollywood; adaptando las memorias y experiencias de Tami Oldham (Shailene Woodley) que sobrevivió en un barco accidentado y a la deriva durante más de 30 días junto a su novio malherido Richard (Sam Claflin).

Siguiendo uno de los subgéneros más utilizados en el cine reciente como es el de la supervivencia, dejar a uno (o varios) personajes a merced de la naturaleza y sus fenómenos mientras gracias a su ingenio y valor por sobrevivir continúan luchando hasta el límite de su mente y físico; ésto ha dado desde enormes éxitos y experiencias fílmicas como Gravity de Alfonso Cuarón hasta filmes recientes más bien fallidos como La montaña entre nosotros, con la que comparte su inspiración en hechos reales y una torpe mezcla entre aventura de supervivencia y azucarado y ñoño drama romántico.

A la deriva decae a causa de un desarrollo poco inspirado, ralentizado y reiterativo que tiene su gran pega en una construcción intermitente de dos tiempos – la odisea en solitario y supervivencia de Tami con el yate a la deriva y los continuos flash-backs de los hechos anteriores al accidente – en el que el cineasta islandés no sabe cómo conjugarlos, rodando con eficiencia los momentos más intensos de supervivencia pero sin poder evitar la azucarada trama romántica, demasiado arquetípica e inverosímil para que nos interese su evolución.

El filme no alza en ningún momento el vuelo y busca depender en exceso de su sorpresa final que cuando llega bebe descaradamente de otros filmes de este estilo, ahondando entonces aún más lo fallido del proyecto del que sólo resulta incontestable la entrega física y emocional de Shailene Woodley (actriz que siempre merece atención y reconocimiento); aunque se quede más en nuestra memoria su azucarado y torpe drama romántico aderezado para ahondar aún más con canciones pop que no permiten al filme ser una especie de versión femenina de Cuando todo está perdido (2013) y perdiendo ante una falta de originalidad y solidez alarmante.

 

Jose Asensio

Jose Asensio ha escrito 532 artículos en Ciempiés.

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