Lo mejor del D’A Film Festival 2020 (Parte 2)

Empezamos a coger ritmo en el festival (desde el sofá, eso si) y en este segundo especial recomiendo el sincero nuevo documental de una veterana voz del cine europeo, y de dos cineastas a seguir muy de cerca la pista y venidos de países tan distintos como Austria y Lesotho.

Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin (Werner Herzog, Estados Unidos) – Direccions

Cuando Bruce Chatwin se estaba muriendo de VIH, su amigo Werner Herzog le hizo una última visita. Como regalo de despedida, Chatwin le dio su mochila de viaje. Treinta años después, Herzog se embarca en un viaje inspirado por la vida nómada de Chatwin.

Werner Herzog, aventurero en su oficio como cineasta y extremo explorador del ir más allá y conectar con los verdaderos elementos más profundos de la condición humana, comparte de forma clara ideas y espíritu de Bruce Chatwin sobre el valor del viaje y la conexión con lo más ancestral de la Humanidad.

Esas ideas compartidas les llevó a ser amigos íntimos en cuanto se conocieron en los años setenta y que ha llevado a Herzog a adaptar varias de las novelas de Chatwin al cine – citadas propiamente en el documental – y a emprender un apasionante viaje para interesados en la antropología. Pero especialmente, lo que alza este documental sobre otros más didácticos, ser un sincero homenaje de Herzog a un amigo, que le ha influido en su vida y obra.

Valoración: 7/10

This is not a burial, it’s a resurrection (Lemohang Jeremiah Mosese, Lesotho) – Transicions

 

En las montañas de Lesotho, una viuda de 80 años llamada Mantoa espera impaciente el regreso de su hijo después de haber trabajado durante un tiempo en las minas del Sudáfrica, pero lo que descubre es que éste ha fallecido. Terriblemente dolorida por la noticia y con la sensación de haber perdido al único miembro con vida de su familia, decide arreglar todos los papeles y las cuentas pendientes para ser enterrada en el cementerio local. Sus planes se complican cuando descubre que los oficiales de la provincia han decidido reubicar el pueblo para inundar el área con el fin de construir una presa. Mantoa, sin embargo, opta por defender el legado espiritual de su comunidad.

Además de ser una de las películas más bellas visualmente del festival, la segunda película de Mosese construye un fascinante relato entre lo etnográfico y lo onírico. Con influencias del cine de Pedro Costa, Apichatpong Weerasethakul y Hou Hsiao Hsien, firma un pausado relato sobre la dignidad de una anciana (y posteriormente de la comunidad) frente a la ambición política y el progreso, que allí toma ecos de un nuevo colonialismo.

La dignidad del rostro de la anciana (Mary Twala), como la versión de Lesotho de la Benedicta Sánchez de Lo que arde, que lleva sobre sus hombros el peso de la muerte de sus seres queridos y esos últimos resortes de la unión entre individuo y naturaleza, son los elementos que alzan una película exigente. Para pocos paladares que busquen descubrir nuevas voces del exótico cine africano (más allá de Abderrahmane Sissako) y que ya hayan testado los universos de los cineastas antes citados.

Valoración: 7/10

Little Joe (Jessica Hausner, Austria-Reino Unido-Alemania) – Direccions

Alice es una madre soltera que cría plantas en una empresa que busca desarrollar nuevas especies. Es la responsable del exitoso último diseño de su compañía: una crisálida característica no sólo por su belleza, sino también por su valor terapéutico. Si la planta se encuentra en las condiciones óptimas, garantiza a quien la consuma sentir algo parecido a la felicidad. Un día, Alice decide ir en contra de las normas de su empresa y lleva una planta a Joe, su hijo. Ambos la bautizan como «Little Joe». A medida que crece, Alice comienza a entender que tal vez su nueva creación no es tan inofensiva como sugiere su nombre.

La cineasta homenajeada con una retrospectiva en esta poco convencional edición del festival es Jessica Hausner. Directora austríaca poco conocida fuera de los círculos más cinéfilos que explora, siempre desde personajes aislados o solitarios, la hipocresía social y sus principales estamentos (como la iglesia y la moral religiosa en su mejor trabajo hasta la fecha, Lourdes).

En Little Joe, Hausner se atreve con la ciencia ficción reflexionando sobre lo artificial, el aislamiento y la felicidad en una especie de La invasión de los ladrones de cuerpos en tiempos de ingeniería genética, neoliberalismo y Coronavirus, con la frialdad escénica de Yorgos Lanthimos o Stanley Kubrick.

Una interesante y atrevida obra que crítica las apariencias. La creación de una felicidad artificial que convierte en apática y sin emociones al individuo. A destacar también a su reparto, liderado por una excelente Emily Beecham (premiada en Cannes) y por Ben Whishaw y el joven Kit Connor.

Valoración: 8/10

 

Jose Asensio

Jose Asensio ha escrito 535 artículos en Ciempiés.

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