«Sparrows»; la dura transición a la vida adulta

Nota:

Rúnar Rúnarsson se llevó a la pequeña Islandia la Concha de Oro del Festival de San Sebastián con esta triste y naturalista mirada a la infancia que se va, a la llegada de la dura vida adulta. Otra joya del cine islandés para confirmar el interés en el séptimo arte de este pequeño e inhóspito país nórdico.

Con una puesta en escena sin artificios, luz naturalista y una cierta frialdad e inexpresividad escénica; Rúnarsson firma uno de los relatos más duros en su fondo de la temporada, un filme que desde el inicio se ve sin grandes dificultades, que parece retratar la adaptación del protagonista en esa rural zona islandesa, su soporte a crear nuevas amistades y su relación con su alcohólico padre divorciado.

Todo parece ser un retrato naturalista de la dificultad de la adolescencia y el adaptarse a un escenario duro para un chico sensible como nuestro protagonista. Pero todo es un preparatorio para un tercer acto que nos choca con su contundencia dramática y con su mensaje – durísima secuencia la de la post-fiesta junto a su amor adolescente – y todo se subraya por esa frialdad y cuidada composición visual que Rúnarsson firma.

Un duro, reflexivo y honesto relato sobre la pérdida de la inocencia, de la infancia; sobre el inicio de la etapa adulta, firmada por una tristeza rodeada del abrumador paisaje islandés. Una pequeña joyita difícil de olvidar.

Jose Asensio

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