«Pelé, el nacimiento de una leyenda»; más chorradas sobre lo imprescindible que es el fútbol en nuestras vidas

Nota:

Los hermanos Zimbalist, tras sus dos productos anteriores enteramente documentales, deciden introducirse en la ficción pero con cierto pavor, apostando por un biopic ficcionado. El riesgo es obviamente menor ya que su experiencia en formatos más informativos ayuda en gran medida a la recreación de un suceso real como es la vida del mito del fútbol brasileño. Eso sí, tiene un problema bastante simple y que tiene consecuencias catastróficas: no resulta creíble.

No sé hasta qué punto las historias que narra la cinta son reales o son adaptadas, el caso es que la gran mayoría me parecen ficticias, seguramente incluso muchas verídicas. Esto es debido al halo exagerado que rodea la obra, con más hipérboles que historias corrientes. Y, sinceramente, eso es lo que quería ver, historias corrientes pues hablamos de una persona real, de carne y hueso, con la que en ningún momento llego a empatizar.

Otro gran problema que encuentro es la dramatización desmesurada de cada acontecimiento deportivo reflejado en la sociedad brasileña. Y no hablo de lo que es la respuesta colectiva, el cómo paraliza un país, pues eso tristemente me lo creo ya que lo mamamos en nuestro estado en el que se detiene el reloj para ver jugar a unos hombres con una pelota. No, me refiero a las reacciones individuales, a ese padre e hijo llorando abrazados porque la selección de su país ha perdido un partido, rodado y montado como si de un desenlace desafortunado de una película bélica se tratara.

A esto hay que sumarle los recursos videocliperos, más propios de anuncios de ropa deportiva que de cine, que inundan cada escena de partidos. Cuando empiezan a grabar una jugada es inevitable recordar con añoranza la saga ¡Goool!, y no es un cumplido. Y esto sin hablar de un montaje general que no llego a comprender en ningún momento.

No obstante, se trata de un film entretenido en gran parte de su metraje, aunque realmente solo se dedica a repetir en múltiples ocasiones la técnica de combate de boxeo: empieza el prota teniendo todo a su favor pero pronto se le tuercen las cosas, y cuando parece que está todo perdido recuerda una frase o una imagen que le da el chute de energía necesario para salir victorioso.

Supongo que el público más futbolero disfrutará con esta película totalmente innecesaria y que sirve únicamente como promo de un ex-futbolista, en la que se evita hablar de los problemas que rodean los barrios marginales del país pese a que parece imposible esquivar esas subtramas. Pues lo consigue para no desviarse del fin propagandístico. Pero qué esperabais cuando el productor ejecutivo de una biografía es la persona biografiada.

J. Justo Moncho

ha escrito 286 artículos en Ciempiés.

A %d blogueros les gusta esto: