Titiriteros que ni planteamos entre rejas

Hace unos días detuvieron en Madrid a dos titiriteros de la compañía Títeres desde abajo por supuestamente hacer apología del terrorismo en la obra La Bruja y Don Cristóbal: A cada cerdo le llega su San Martín, representada al público con motivo de la celebración del carnaval. En ella, uno de los personajes aparece en un momento determinado con una pancarta en la que se podía leer «Gora Alka-ETA». Ésto, según los propios artistas ya en libertad tras cinco días entre rejas, era una forma de satirizar los montajes policiales, pues la obra en sí trataba desde el humor sobre la caza de brujas que llevan a cabo las fuerzas de seguridad del Estado contra artistas, tuiteros, y cualquier persona que no acierte con su opinión- teniendo en cuenta que este acierto lo dictaminan ellos-.

«Gora Alka-ETA» es un lema que no existe, cercano al de apoyo a ETA mezclándolo con Al Qaeda. En fin, un absurdo propio de este género, la sátira. Tomárselo en serio ya de por sí es un sinsentido, pero además, las represión que han sufrido ambos artistas ha sido quizá el mejor final no preparado que podría tener la obra. Un desenlace que cierra la brecha entre la ficción representada y la realidad sufrida. Bromean sobre una persecución indiscriminada, una caza de brujas, y acaban en la cárcel. Es un final desgraciadamente brillante que ni los autores se plantearon.

Es un tema polémico, está claro, pero ¿de verdad consideran delictivo representarlo? Es una broma de una realidad, no apología. ¿Cuesta tanto aprender a diferenciarlo? Miles de actores a lo largo de su vida se han puesto en la piel de terroristas, asesinos, violadores y representando sus actos tal cual, no de forma desenfadada. ¿No tendría ésto más delito? Pero, a nadie se le ocurriría meter entre rejas al actor que hace de malo de la James Bond de turno que liquida a poblaciones enteras, al que hace del asesino en serie que mata a prostitutas en una pequeña aldea americana, al que hace de general nazi en un campo de exterminio, al que hace de colonizador, al que hace de vaquero.

Pero cuando son cómicos, en la España actual, sí. Ha pasado ahora, pasó con Facu Díaz hace un año, pero miles de actores han interpretado toda la vida a etarras y jamás se les persiguió. Les asustan los comediantes, cuando ninguno de esto no es ni la mitad de peligroso que el miembro de Watchmen.

Basándonos en las pautas que han seguido para arrebatar la libertad de estos dos profesionales del humor, repasemos una lista de obras, y artistas, aplaudidas como comedias, que tratan temas tan polémicos como La Bruja y Don Cristóbal: A cada cerdo le llega su San Martín. ¿La diferencia? Además de que jamás nos plantearíamos ver a sus protagonistas entre rejas, quizá la procedencia o la época. Por lo demás es exactamente la misma situación:

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J. Justo Moncho

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