«Yo, Daniel Blake»; Ken Loach vuelve ante la vergonzante realidad del ciudadano de a pie
El cineasta más próximo a las miserias del trabajador frente a un sistema burocrático y deshumanizado ante los más humildes, se alzó con su segunda Palma de Oro en el discutido palmarés del pasado Festival de Cannes por este drama social de clara protesta política a los recortes, la precariedad laboral y las dificultades de los desocupados para encontrar un rumbo dentro de tan desesperante sistema.
Tras comunicar su retirada tras su último filme Jimmy’s Hall, Ken Loach volvió a la dirección por su indignación con los recortes que el gobierno de Cameron (y Europa en general) había realizado en sus años de gobierno, posicionándose con este relato de su fiel colaborador Paul Laverty con las voces ninguneadas del sistema; dejando una cinta en la que el ciudadano medio de a pie se verá fácilmente conmovido y encabronado ante la realidad puesta al frente.
Loach aboga con su Daniel Blake (interpretado por el cómico escocés Dave Johns) a su gran tema, la rebelión ciudadana y su dignidad como fuerza motora. Aún siendo discutibles ciertos dramatismos forzados y que el mensaje tan reiterativo no permite desarrollar subtramas y personajes; Loach deja una cinta que choca con la realidad y con la que muchos ciudadanos se identificarán con facilidad, aunque sea una película y temática que hemos visto ya más de una vez en la filmografía del director británico.