«La fábrica de nada»; mordaz y cercano juego tonal entre la ficción y el documental sobre el declive y la realidad laboral de la Europa actual y del sistema
Pedro Pinho rueda en un artesanal y cuidado 16mm una certera y juguetona cinta de tonos heterogéneos que se mueve entre el cine social de los Dardenne, el documental e incluso el musical
Siendo una de las cintas más galardonadas en la temporada de festivales el pasado año – Premio FIPRESCI de la Quincena de Realizadores o el Giraldillo de Oro en el Festival de Cine Europeo de Sevilla -, el portugués Pedro Pinho ofrece un filme heredero de la modernidad en su lenguaje y que en sus tres horas teje uno de los retratos sobre el salvaje neoliberalismo y la necesidad comunal entre compañeros más certeros y arrelados a la realidad europea, a la decrepitud del sistema europeo, la industrialización y el trato laboral.
Pinho rueda en un artesanal y cuidado 16mm una certera y juguetona cinta de tonos heterogéneos que se mueve entre el cine social de los Dardenne, el documental e incluso el musical (secuencia delirante y de vivaz felicidad) siguiendo el día a día de los obreros en el desmantelamiento y expuestos despidos a los que se ven enfrentados, ocupando la fábrica mientras los ejecutivos y una empresa argentina llegará al rescate.
Claramente posicionada con los obreros a los que le sigue en su vida íntima y en los dramas que aflora la inestabilidad de la situación laboral, Pinho ofrece un filme algo reiterativo en algún pasaje y de extensa duración (lo cual tirará para atrás a muchos espectadores) realmente certero en la situación laboral actual, en la crisis europea y el declive que el sistema socio económico está viviendo desde una perspectiva a veces discursiva, a veces furiosa y otras sociológica llena de una riqueza tonal, giros y tempos realmente estimable y resultando uno de los títulos más críticos y arropados al mundo actual, a la crisis económica y social europea que afecta a la ciudadanía.