El porqué de Martin Scorsese

Comparación de la película “Malas calles” (1973) de Martin Scorsese con la cinta “El muelle de las brumas” (1938), de Marcel Carné

Martin Scorsese es uno de los mejores directores de su generación, responsable de obras maestras como Taxi driver (1976), New York, New York (1977), Toro salvaje (1980), que aparte de ser una de sus cumbres, es a su vez una de las películas mejor dirigidas de la historia del cine, El rey de la comedia (1982), Uno de los nuestros (1990), Casino (1995) o El aviador (2004), además de ser uno de los autores más influyentes de los últimos tiempos: Paul Thomas Anderson, por citar un ejemplo reciente, bebe muy a menudo de las fuentes del cineasta italoamericano.

Como todo gran director, Scorsese encuentra su inspiración en los clásicos. Directores italianos como Fellini, Rossellini o Visconti son una constante en sus obras, influencias que él mismo ha reconocido en numerosas entrevistas. Y es verdad, algunos movimientos de cámara, típicos del director, se pueden ver también, por ejemplo, en Rocco y sus hermanos (1960), y los cortes bruscos de música son un recurso habitual, entre otras, en Fellini, ocho y medio (1963).

Y no solo en Italia está su inspiración. De hecho, él mismo ha ejecutado revisiones de clásicos como El buscavidas (1961), película en la que Paul Newman volvió a interpretar a Eddie Felson, esta vez acompañado por Tom Cruise, desempeñando un papel canónico que le valió un Oscar, o El cabo del terror (1962), de producción estadounidense.

Pero hay que remontarse treinta años atrás para encontrar una de las principales influencias de Scorsese, sobre todo en una de sus primeras películas, Malas calles (1973). Hablamos de El muelle de las brumas (1938), de Marcel Carné.

La cinta, además de ser una de las mejores del director francés, junto con Los niños del paraíso (1945), es una de las obras más representativas del realismo poético, otro de cuyos miembros destacados es La gran ilusión (1937), de Jean Renoir, el movimiento predominante en el cine francés del periodo de entreguerras.

Martin Scorsese

Carné nos cuenta la historia de un tipo un tanto rudo, interpretado por Jean Gabin, desertor del ejército, que llega a la región costera de Le Havre una noche de niebla, aunque, como él mismo dice señalándose la frente, «la niebla está aquí». Pero en la brumosa ciudad conoce a Nelly, a la que da vida Michèle Morgan, cuando huye de la policía. Después de una relación tormentosa, acaba enamorándose de ella, rescatándola de las garras de su cruel padrastro y planeando una fuga.

En El muelle de las brumas, el personaje de Gabin intenta huir permanentemente, no solo de las autoridades, que también, si no de la violencia de una vida que intenta dejar atrás pero que no ceja en su empeño de encontrarlo, de un pasado que, después de conocer a Nelly, es una parte de él que ya no existe, que no es más que una sombra, pero, como toda sombra, sigue pegada a su origen.

Malas calles, por su parte, presenta ciertos paralelismos con la obra de Carné. Scorsese narra la fatídica odisea que Charlie, interpretado por Harvey Keitel, emprende para escapar del mundo criminal que rodea su vida. Solo los momentos que pasa con el personaje de Amy Robinson, hermana del de Robert De Niro, consiguen que nuestro protagonista logre consagrar su fuga personal. Eso y las sesiones de cine que mantiene con De Niro.

Pero no solo la línea argumental presenta similitudes. También la estructura narrativa de la cinta del director francés ofrece aspectos que serán una constante en la carrera del italoamericano. Y es que algunas imágenes de El muelle de las brumas son indisolubles de las de películas que en el futuro firmará Scorsese, así como el uso tan peculiar que ambos directores hacen de la música durante las escenas violentas.

Como hemos visto, además de los autores que forman parte intrínseca de la obra de este director, las influencias que motivan sus películas pueden encontrarse en movimientos tan dispares como el neorrealismo y el realismo poético. Y Scorsese logra aunarlos para ofrecernos una de las filmografías más completas, sólidas y de mayor calidad de los últimos tiempos.

 

Guillermo García Gómez

Guillermo García Gómez ha escrito 47 artículos en Ciempiés.

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