«Un minuto de gloria (Glory)»; sutil fábula moral sobre la deshumanización y burocracia de las instituciones de la sociedad europea

Nota:
Kristina Grozeva y Petar Valchanov teje desde un sutil costumbrismo, de aires satíricos una profunda fábula moral sobre la corrupta política contemporánea y la mezquindad burocrática

Tras salir triunfante de la edición 2016 del Festival de Gijón (Mejor Película y Mejor Guión), el cuarto largometraje del tándem búlgaro formado por Kristina Grozeva y Petar Valchanov teje desde un sutil costumbrismo, de aires satíricos una profunda fábula moral sobre la corrupta política contemporánea y la mezquindad burocrática frente a un solitario héroe de a pie todavía guiado por honrados códigos morales que tornará su sencilla cotidianidad al enfrentarse sin pretenderlo al poderoso aparato del poder.

Grozeva y Valchanov nos presentan a Tzanko Petrov, un funcionario de mantenimiento de las vías del tren que tiene una existencia anodina, poco apasionada y una rutina en la que sólo le importa cuidar y alimentar a unos conejos que viven en su patio. Un día cualquiera, Tzanko se encuentra con un montón de billetes esparcidos en la vía; sin saber si por desinterés o por gran honradez moral, decide comunicárselo al Consejo de Transportes del gobierno pertinente. Para seguir tapando los casos de corrupción política, la encargada de relaciones públicas, Julia Staykova; decide ofrecer un acto que homenajea a Tzanko en su honrado gesto. En pleno acto, decide cogerle el reloj para regalarle otro más moderno; la pérdida de ese reloj y al no devolvérselo será la semilla que inicie el periplo burocrático al que se enfrenta Tzanko para recuperar su reloj Glory, recuerdo de su padre fallecido.

El tándem de directores búlgaros construye un guión de enorme solidez y sutil crítica social; que evita grandes aspavientos y reivindicaciones de pancartas desde personajes comedidos e imperfectos. Colocando la cámara a la altura de sus personajes, Grozeva y Valchanov tejen una fábula moral gris, repleta de un sutil humor negro, sobre la pequeña y admirable dignidad de un hombre corriente frente a un sistema corrupto, amoral y deshumanizado en una burocracia y apariencias infernales. Tejiendo un filme que se encuentra entre el esperpento, la tragicomedia y la cruel fábula moral desde un tono naturalista y contenido; habitual de las vanguardias cinematográficas que pueblan la Europa del Este (aunque sin el sello autoral de otros cineastas).

Poniéndonos con fácil empatía en la piel del solitario y tartamudo Tzanko – magníficamente interpretado por Stefan Denolyubov y su economía gestual – y construyendo una antagonista de (también) humana complejidad, interpretada por la ya habitual en la filmografía de los búlgaros Margita Gosheva; adicta de forma egoísta al trabajo como gran meta vital incluso con sucesos como su contradictoria ilusión de ser madre; termina de tejer uno de los relatos más críticos con la burocracia y corrupción de los estados de los últimos años (en especial la Europa del Este y el búlgaro en particular), que desde un conflicto simple y casi anecdótico; ofrece un profundo, satírico y negro relato sobre la falta de moral y las falsedades de la política actual frente a los humildes ciudadanos de a pie.

Jose Asensio

Jose Asensio ha escrito 532 artículos en Ciempiés.

A %d blogueros les gusta esto: