«Ingrid Goes West»; negra comedia sobre la superficialidad, la identidad y las obsesiones en tiempos de Instagram
Una obsesa de las redes sale de un sanatorio mental tras un episodio de fanatismo y obsesión con una amiga anterior; intentando volver a la vida cotidiana
Mejor Guión en el Festival de Sundance 2017 y reciente ganadora del premio a la Mejor Ópera Prima en los Spirit Awards; Matt Spicer teje en Ingrid Goes West una comedia negra sobre una obsesa de las redes sociales que se encapricha con una Instagramer; tejiendo una reflexión oscura y eficaz sobre la superficialidad, la falta de identidad y el lado oscuro de las redes sociales.
Una obsesa de las redes sale de un sanatorio mental tras un episodio de fanatismo y obsesión con una amiga anterior; intentando volver a la vida cotidiana, Ingrid (Aubrey Plaza) se obsesionará con una chica de Instagram llamada Taylor Sloane (Elizabeth Olsen); bella, inspiradora y referente para algunas marcas de moda. Sacará todo el dinero e irá rumbo a California en su busca, entablando amistad y construyendo ella una identidad falsa a partir de asemejarse a Taylor; volviéndose todo cada vez más progresivamente obsesivo.
Ya desde el comienzo, Matt Spicer teje una negra sátira sobre el lado oscuro de las redes sociales y sobre la etapa millennial que nos rodea sacando desde una cómica ironía sin perder un ápice de crítica y perversidad; aveces se atasca en lo narrativo y deja un aire superfluo (quizás intencionado) pero cumple con creces su cometido construyendo con acierto una protagonista central creíble y compleja con el que se reflexiona sobre la obsesiva relación con las redes sociales y la falta de identidad, transmitida con excelente talento por Aubrey Plaza.