«Madame Hyde»; fallida excentricidad que revisiona la novela de Stevenson y que resulta irritante en ciertos momentos, funcionando más como ideas sueltas que como un todo narrativo y sólido
Revisionando el mítico relato que abordaba la dualidad del hombre, su parte salvaje y la intelectual y con ello la propia condición humana; el control de nuestras dos partes.
Le valió el premio a la Mejor Actriz a Isabelle Huppert en Locarno esta pintoresca y extraña revisión de la novela El extraño caso del Doctor Jekyll y el señor Hyde de Robert Louis Stevenson por parte de una de las voces más pintorescas del cine francés resultando un filme que apuesta por su libertad y exceso aunque por ello caiga víctima de un conjunto irregular, fallido y casi irritante en algunos segmentos.
Revisionando el mítico relato que abordaba la dualidad del hombre, su parte salvaje y la intelectual y con ello la propia condición humana; el control de nuestras dos partes. Bozon lo ofrece como libre pretexto ambientándolo en una escuela de los suburbios franceses proponiéndonos a una Jekyll femenina, una sosa y débil profesora de física que verá transformada su actitud tras recibir accidentalmente un rayo en su taller y despacho.
Aunque esa libertad e imprevisibilidad son el porqué de su existencia, Madame Hyde puede resultar fácilmente irritante a ciertos espectadores y no cuaja una narración que confirme sus temas y discursos funcionando más como ideas sueltas que como un todo; aunque esconda una clara alegoría sobre el valor de la educación y la enseñanza como herramienta principal (tema habitual del cine francés reciente) para enfrentarse a la dura realidad clasista que rodea a los jóvenes a los que la profesora Géquil enseña.
Ni siquiera la magnífica entrega de la siempre impecable Isabelle Huppert, entre la fragilidad y la fría malicia (aunque esperábamos más de lo segundo); termina de salvar una lluvia de ideas excéntricas y originales que no cuajan en su todo y que resulta a veces irritante o pretenciosa; resultando una experimentación más insulsa e irrelevante de lo que podríamos imaginar.