«Campeones»; el corazón y la naturalidad de Fesser alza de lo esquemático esta irresistible e inspiradora feel-good movie
Un prestigioso segundo entrenador de la liga profesional de baloncesto atraviesa una crisis personal tras ser despedido de su puesto en el equipo a causa de un enfrentamiento con el primero y una ruptura temporal con su pareja
Tras más de una década refugiado de nuevo en el terreno del cortometraje, Javier Fesser (Camino, El milagro de P. Tinto) vuelve al largo con esta comedia optimista y luminosa sobre la superación y nuestras capacidades que se ha convertido ya en la sensación de la taquilla española y que aporta unas dosis de naturalidad, luz y optimismo irresistibles en los tiempos que corren aunque su planteamiento y desarrollo nos resulte esquemático y muy familiar.
Un prestigioso segundo entrenador de la liga profesional de baloncesto atraviesa una crisis personal tras ser despedido de su puesto en el equipo a causa de un enfrentamiento con el primero y una ruptura temporal con su pareja, Marco (Javier Gutiérrez) es detenido por conducir ebrio y chocar con un coche policial, tras el juicio es condenado a cumplir servicios sociales como pena y enviado a un pabellón deportivo para entrenar a un equipo de baloncesto formado por personas con discapacidad intelectual.
Construyéndose a partir de un planteamiento muy familiar y deudor del cierto cine popular de los noventa, Fesser construye un clásico desarrollo dramático sobre un maestro y un grupo de inadaptados en el que a partir de su desarrollo descubrirá una lección de vida de los que le rodean; cambiándole su forma individualista de ver la realidad y tomando mayor conciencia y respeto de las personas y las decisiones que le preocupan.
Aunque su desarrollo resulta algo esquemático y Fesser conjuga un producto que no evita su valor como entretenimiento popular y feel-good movie; el cineasta español – uno de los más destacables de la comedia de los últimos veinte años en nuestro país – sabe ofrecer la suficiente excentricidad e incorrección para sobresalir de forma clara del estado actual del género y aportar de paso un mapa de valores y de personajes cómicos y tiernos que emocionan y dotan de corazón el espíritu de la cinta.
A partir de una mezcla magníficamente relacionada de actores profesionales y otros no profesionales con discapacidad intelectual real, Fesser saca partido de la naturalidad y honestidad de sus actores; explotando con magnífico ritmo la comicidad verbal y física de éstos sin resultar blando o condescendiente, y aportando con buena mano la suficiente incorrección política para maridar un producto eficaz y lleno de corazón; aprovechando de paso el escenario de los valores deportivos para tejer una luminosa historia de superación y de respeto a los demás.
Fesser otorga un canto de amor al respeto, la superación y la maravillosa diferencia individual de cada uno de nosotros en esta comedia dramática algo esquemática y que subraya los momentos más melodramáticos (una música demasiado protagonista y una trama personal del entrenador previsible). Fallos que se ven rebajados gracias a que Fesser sabe dotar de la suficiente excentricidad cómica y de corazón un producto fabricado para resultar de forma sencilla inspiradora, valiente y humana. Algo ya a destacar y defender en estos tiempos en los que andamos necesitados de luz, respeto y optimismo.