Vuelta de tuerca a la entrañable serie de Sabrina que conocíamos, haciendola mucho más oscura y con una trama compleja que pondrá a la protagonista en una dura elección
Todos conocemos este título de nuestra infancia. La famosa serie Sabrina que tantos ratos de entretenimiento nos dio. Y sin olvidar a ese gato Salem movido por hilos como cuál marioneta. No obstante, la producción que nos ha dado Netflix dista mucho de aquella de mediados de los 90 y su correspondiente animación. Mucho se asemeja a Riverdale.
La nueva Sabrina nos introduce en la vida de una joven medio bruja. En pleno instituto y con su vida humana feliz, Sabrina ve como se le impone dejar esta atrás para unirse a su aquelarre. Con mucho que decir al respecto, Sabrina se enfrenta a numerosos dilemas y pruebas para poder compaginar ambas vidas, algo totalmente prohibido en el mundo mágico.
Aunque de primeras parezca una serie para adolescentes, enseguida se pierde dicha sensación. Con tonos muy oscuros y malignos, Las escalofriantes aventuras de Sabrina se desmarca de su original. Muchos son los elementos maléficos y criaturas demoníacas dan ese toque de misterio y contextualiza la trama embrujada.
Tramas secundarias innecesarias
Aunque Sabrina posee una trama bastante decente con una historia muy cuidada e interesante, a menudo se ve interrumpida por subtramas. Hasta aquí no pasa nada, ya que sí fuesen importantes o simplemente atractivas para la vista se podría perdonar. El caso es que nos encontramos con algunas de ellas (que no todas) innecesarias.
Entre estas nos encontramos romances, tensiones amorosas y familiares de personajes secundarios. E incluso, aunque graciosas, se nos enseña la rivalidad entre las tías de Sabrina. Como ya he dicho, no todos estos parones de la trama principal sobran. Algunas son absolutamente necesarias para introducir a algún personaje importante o explicar su pasado y su finalidad.
Quiero hacer especial hincapié en el final de la serie. [SPOILER] La mayoría de las producciones acaban bien y siempre gana el lado bueno. En esta primera temporada esto no sucede así. Aunque tampoco sea del todo malo, Sabrina adopta el camino del ‘mal’ y se une al demonio (obvio, es una bruja). Por tanto, la escena final es majestuosa y rompe nuestros esquemas, haciendo más grandes nuestras ganas de su continuación.
En general, Las escalofriantes aventuras de Sabrina se ha convertido en un fenómeno mundial, despertando un gran interés entre los espectadores y levantando ampollas entre algunos colectivos. Ya se ha anunciado su renovación por una segunda temporada.