La profesora de parvulario
Título original: Haganenet (The Kindergarten Teacher)
Año: 2014
Duración: 120 min.
País: Israel
Director: Nadav Lapid
Guión: Nadav Lapid
Música: Michael Emet
Fotografía: Shai Goldman
Reparto: Sarit Larry, Avi Shnaidman, Lior Raz, Gilad ben David, Ester Rada, Guy Oren,Yehezkel Lazarov, Dan Toren, Avishag Kahalani
Productora: Coproducción Israel-Francia; Pie Films / Haut et Court / Arte France Cinéma
Género: Drama | Enseñanza. Infancia
Sinopsis
Una profesora descubre, en un niño de cinco años de edad, un prodigioso don para la poesía. Asombrada e inspirada por este joven, decide proteger su talento, a pesar de todo el mundo. (FILMAFFINITY)
Regodearse en el bien ajeno
Como un poeta, un ser marginal, que a pesar de sus instintivos intentos de encajar en sociedad se comporta de manera ausente, incapaz de comprender el resto de comportamientos. Aquí, el mundo infantil y escolar donde se puede observar un paralelismo, sincero y rompedor de los cánones habituales, con el adulto.
La mirada de una mujer, Sarit Larry, que había sustituido la actuación por dar clases de filosofía en la universidad Boston College desde hace 15 años, como la profesora de parvulario del título, consigue sobrellevar una vida frustrante y más cuando descubre el talento de uno de sus alumnos por la poesía. Un niño de cinco años, Avi Shnaidman, que muestra también precoz talento como actor, de mirada perdida y con dotes de un Mozart en una época en la que las artes carecen de importancia. De esta forma la inocente obsesión de la profesora se convertirá en motor de su vida. Ambos protagonistas, profesora y alumno, mantendrán una relación de dudosa simbiosis, que no se decantará en ningún momento por ninguna parte. Así, bajo el manto de las buenas intenciones discurren los interrogantes de la doble moralidad; es decir, los peligros de ayudar altruistamente, cuando la ambición y el propio ego aparecen inevitablemente.
Los recursos de la fotografía están utilizados de manera precisa: fondos desenfocados en los que, igualmente, ocurre algo mientras los primeros planos se concentran en los pensamientos de los protagonistas ajenos a ese mundo; elementos desordenados de manera armoniosa sin tocar lo artificioso. Además de varios planos secuencia donde los personajes aparecen y desaparecen, añadiendo la dificultad de trabajar con niños, lo que aporta frescura y valor al trabajo de dirección.
La ausencia de música en la mayor parte del metraje deja paso a la musicalidad de las palabras, de lo que trata realmente la película. Aunque la podremos escuchar en contados momentos de desconcierto, de interacción con el mundo ajeno.
Una película para espectadores pacientes que no da nada por mascado; critica sin petulancias, y en ciertas ocasiones con ironía, a esa parte de la sociedad que no tiene reparos en vivir en lo superficial y a la que, por otra parte, se decanta por la búsqueda de la profundidad.
Valoración (sobre 10): 7
Pingback: Regodearse en el bien ajeno – Gabriel Martínez()