«Dunkerque»; la entrada de Nolan en la historia del cine

Nota:
Nolan se aleja de la ciencia ficción para demostrar que es un gran autor con Dunkerque

Por fin se ha estrenado la esperada nueva película de Christopher Nolan. En esta ocasión decide alejarse de la ciencia ficción para traernos algo más terrenal y crudo, un tenso relato sobre la huida del ejército británico en la playa de Dunkerque durante la II Guerra Mundial. Varias historias sobre el heroísmo que confluyen hasta formar un todo en armonía, logrando así Nolan presentar su mejor película.

En Dunkerque se nos narra la desesperada retirada de las tropas desde el punto de vista de varios protagonistas: el soldado raso e inexperto, el veterano capitán que no quiere abandonar a nadie, el piloto perfecto que se niega a retroceder y los padre e hijo civiles que deciden poner en riesgo sus vidas para aportar su granito de arena. Cada uno mostrando su propia aventura a modo de pieza de un rompecabezas aún mayor. Cada acción que vemos, por pequeña que sea, afecta en el desarrollo de las tramas paralelas, del mismo modo que en un pelotón todo afecta en conjunto.

Sinceramente, a Nolan le sienta muy bien dejarse de gilipolleces pretenciosas elaboradas para dejar claro que es el más listo de la clase. Es obvio que es un gran ejecutor y que cada blockbuster que ha sacado lo ha hecho con el mejor resultado posible. Probablemente sea el mejor en este sentido. El director que todo productor querría.

No obstante, sus obras carecían de personalidad. Desde Memento no hemos vuelto a ver una película que permitiera vislumbrar detrás una autoría. Hacía grandes productos, pero el cine no es mero proceso productivo. El cine es arte.

Dunkerque es arte.

El salto de Nolan

Se trata de una cinta con una potente personalidad, la cual nos sumerge como nunca dentro de una guerra. No recuerdo ninguna otra cinta bélica donde en carreras entre disparos me obligara a mí, como espectadora ajena al drama, a agacharme para no recibir una bala perdida. Es tensión constante, acompañada en todo momento de un hilo de manecillas de reloj que sincronizan al momento tu corazón latiendo a gran velocidad.

Una obra muy hitchconiana y no solo en el exquisito uso del suspense, sino también en el uso de su lenguaje visual, impulsándolo y dejando los diálogos en un segundo plano.

Guion digno de estudio

Pese a que las actuaciones son todas perfectas, desde la de los rostros famosos como Hardy y Murphy hasta los novatos como Styles y Whitehead, que visualmente es insuperable y que la banda sonora merece largas ovaciones, lo que realmente destaca de la cinta es su guion. Tiene una estructura perfecta donde las diferentes tramas van idóneamente acompasadas, lo cual invita a múltiples visionados, cosa que los cinéfilos agradecemos. Ahora bien, aquí Nolan no ha podido evitar volver a demostrar que es muy listo y el público idiota con los subtítulos que capitulan cada historia, rezando estos un periodo, como «Una semana». Son totalmente innecesarios pues el espectador puede recordar fácilmente rostros famosos y sabe distinguir entre el día y la noche, habiendo tenido mucho mejor efecto este juego temporal dejando un poco de sorpresa.

De todos modos, es sin duda la mejor película de Nolan y la mejor de lo que llevamos de verano. Una obra que sí merece pasar a la historia del cine y que, pese a no innovar en demasía, será estudiada por autores posteriores. Seguramente sonará en la temporada de premios y de forma merecida. Espero que Dunkerque marque un antes y un después en la filmografía del director y dé el paso a convertirse en un verdadero autor.

J. Justo Moncho

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