«El sacrificio de un ciervo sagrado»; la obra más perturbadora de Lanthimos

Nota:
El sacrificio de un ciervo sagrado no asusta en ningún momento, pero te dejará temblando cada noche que la recuerdes

Yorgos Lanthimos regresa con El sacrificio de un ciervo sagrado, una película en la que da un paso más allá en su indagación en las obsesiones, ofreciendo una película perturbadora con halos de terror y apoyándose en la fantasía más razonable. Un producto que entrecruza la historia de una familia con unos valores inquietantes, a lo Canino, y una trama de cuento casi gótico como la literatura de Poe, a lo Langosta. Es el resultado de una evolución lógica en su carrera, en la buena dirección.

Narra la historia de un cirujano que «goza» de la compañía de un chaval bastante siniestro al cual intenta introducir en su familia. Esto provoca que, por varias razones que no diré para evitar spoilers, poco a poco los miembros de ésta vayan sufriendo una extraña enfermedad y solo el padre tenga la fatal solución en sus manos.

ciervo sagrado

Se trata de una película de suspense en la que, como he dicho antes, introducen elementos fantásticos necesariamente injustificados, lo que es un acierto absoluto para no sacar al espectador de lo realmente importante. Hay una clara connotación en la cinta de lo que representa la divinidad, el enfrentamiento a una situación fuera de lo común y el proceso de aceptación por parte de los «mortales».

Es una historia que no tiene final feliz, lo sabemos desde el principio. No hay adrenalina, no hay sustos, pero te introduce en el terror más real del que solo podrás salir con un horrible regusto motivado por lo que has visto, que te ha gustado, pero no está bien.

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Madurez apoyada en inmensas interpretaciones

No es rápida, es un viaje sin prisas recreándose en el sufrimiento, con planos dignos de enmarcar, los cuales demuestran que Lanthimos conoce muy bien el lenguaje cinematográfico. Las interpretaciones son todas y cada una perfectas, desde las de la pareja protagonista formada por Colin Farrell y Nicole Kidman, hasta, y sobre todo, el fantástico Barry Keoghan de cuyo personaje difícilmente te podrás olvidar en semanas.

¿Es El sacrificio de un ciervo sagrado de las mejores cintas del año? Sí, sin ninguna duda. Una obra obviamente no para todos los públicos, que fluye dentro del estilo personal de Lantimos, tan de escuela indie griega a la que pertenecen otros grandes cineastas como Avranas, pero que los amantes del buen cine de autor seguro disfrutan.

J. Justo Moncho

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