Festival de San Sebastián 2018 – DÍA 3

Dos asiáticos, Lukas Dhont, Felix Van Groeningen y Telmo Esnal

Qué día, el de hoy. Esta mañana, ninguna película ha caído en nuestras zarpas, pero sí hemos tenido la oportunidad de entrevistar al singapurense Eric Khoo, director del drama culinario Una receta familiar, y a Mamoru Hosoda, cuya magnífica Mirai pudimos ver ayer en primicia. Se trata de dos asiáticos que hacía ya tiempo que no pisaban suelo donostiarra y que accedieron a concedernos un poco de su tiempo para contarnos todos los intríngulis detrás de sus últimas obras. Pero, de momento, nos guardamos las conversaciones que tuvimos con ellos y volvemos a hablar de lo que interesa – de las películas en si.

Girl (Lukas Dhont)

La primera sesión a la que asistimos fue la de la muy esperada Girl, del belga Lukas Dhont, que recibió en el pasado Festival de Cannes el Premio FIPRESCI, la Caméra d’Or, la Queer Palm y el Premio del Jurado Un Certain Regard a la Mejor Interpretación para Victor Polster, protagonista indiscutible. El film recrea las dificultades de Lara, una chica transgénero que, aun tenerlo todo a favor (una familia que la quiere y un ambiente escolar bastante tolerante), es incapaz de aceptar su cuerpo, aún no operado. La puesta en escena, devota absoluta del personaje de Lara, la sigue y la enmarca siempre en el centro de todas las miradas, elevándola, haciéndonos sentir en nuestra propia piel (con fragmentos de automutilación un tanto escabrosos) el dolor de alguien que es digno de toda nuestra admiración. Sentados en el Cine Principal, vimos dos horas de un acto de visibilización absolutamente política que nos encandilaron justamente por su honestidad y proximidad al personaje (en mis notas tengo escrito: “qué bien que la actriz sea trans de verdad”). Así, al salir del cine, echar una ojeada a IMDb y enterarnos que el actor es en realidad cis (el mencionado Victor Polster), la decepción que tuvimos fue tremenda. Más tarde, hablando con un compañero, me enteré que en Cannes habían ocultado que no se trataba de una chica trans real hasta el mismo día de la proyección, lo que había causado un escándalo bastante generalizado entre la crítica. Y, la verdad, no me extraña. Reivindicar el lugar de los chicos y chicas transexuales en un mundo aparentemente fácil y luego no darles ni un simple papel trans (ya no digo cis) me parece el acto de hipocresía más bestial del mundo. No es cuestión de prioridades, es cuestión de pura integridad, aceptar que esta película es, en el fondo, una auténtica farsa.

Beautiful Boy (Felix Van Groeningen)

Beautiful Boy (del también belga Felix Van Groeningen) prometía poco y cumplía con todas nuestras expectativas: una historia efectista, melodramática (en el sentido más estricto y pobre del adjetivo) y, en ocasiones, simplemente aburrida. Cuenta el proceso de rehabilitación y las distintas recaídas que sufrió el joven drogadicto Nic Sheff (Timothée Chalamet), acompañado siempre por su padre, David (Steve Carrell), una historia que se encargan de dejar bien claro que es real, como si eso aportara algo a un relato mal contado. De este duro viaje familiar, lo mejor es la trama: el guion tiene giros interesantes, así como detalles que aportan carisma y veracidad a una historia que no juzga a sus protagonistas, por muy difícil que esto parezca. Pero no puedo insistir más en lo mal que lleva la dirección esta buena historia familiar: para empezar, la película se nos presenta innecesariamente fragmentada, desordenada y recompuesta sin motivo alguno y con un dispositivo narrativo que canta más que un queso pasado. Steve Carrell está completamente pasado de vueltas desde el minuto uno, lo que impide dificulta mucho sentir cualquier progresión en su carácter, Chalamet está correcto y solo queda Maura Tierney para aguantar el tipo como actriz, aun en un papel secundario. Pero lo que más me entristeció de la película fue ver cómo las pobres decisiones en el montaje entre secuencias dejaban auténticos temazos de Nirvana, Sigur Ros o Mark Kozelek al nivel de simples pasatiempos sonoros innecesarios y videocliperos.

Dantza (Telmo Esnal)

Finalmente, pudimos asistir al pase de Dantza (de Telmo Esnal), una película musical que, a través de tan solo danzas vascas y toda la simbología que estas recogen, compone una historia sobre el ciclo de la vida y la evolución del hombre. Un colorido ejercicio de reivindicación cultural que, como contrapunto al atrevimiento de su premisa, se queda en lo bello de sus imágenes, sin proponer nada realmente subversivo o rompedor a nivel formal, como sí hicieron sus referentes más cercanos (en este caso, se me ocurre la mirada de Wim Wenders sobre las coreografías de Pina Bausch).

Mariona Borrull

Mariona Borrull ha escrito 19 artículos en Ciempiés.

A %d blogueros les gusta esto: