«Roma»; Alfonso Cuarón recuerda su infancia desde el intimismo del neorrealismo y una apuesta formal virtuosa y magistral de portentosa belleza

Nota:
Marchando imparable desde el indiscutible León de Oro en el Festival de Venecia y producida y distribuida (sin dejar atrás las ya manidas polémicas) por Netflix; Roma resulta al mismo tiempo el filme más personal e íntimo de Alfonso Cuarón y en el que su virtuosismo formal y técnico se ve perfeccionado

El mexicano Alfonso Cuarón ofrece posiblemente su filme más íntimo desde el inicio de su carrera; tomando como origen las memorias de su infancia para tejer un retrato contextualizado de la inestable México de inicios de los setenta y en especial, un íntimo y emotivo homenaje a las mujeres que le cuidaron en su niñez.

Cuarón se pone en todo momento a la altura y punto de vista de Cleo, una de las dos criadas de una familia que vive en la colonia de clase media-alta Roma de Ciudad de México. Desde su mirada iremos viendo tanto su vida personal, preocupaciones y lugares que rodean su vida; además de los vínculos emocionales que se terminan uniendo entre clases dentro del microcosmos de una familia que se rompe y que se une de nuevo desde la sororidad hacia un futuro que afrontan con optimismo.

Desde un espacio íntimo y cotidiano Cuarón ofrece una magnífica dirección que en vez de cortar la grandilocuencia formal de filmes como Gravity; madura toda la pericia técnica y virtuosismo tras la cámara que Cuarón ha ido perfeccionando. Ofreciendo un bellísimo blanco y negro desde el que exhibe un magistral pulso para el plano secuencia, para la profundidad de campo en los planos generales y un maravilloso don para los travellings; sin dejar jamás de lado el recorrido de Cleo, el alma del filme al que el espectador irá cogiendo un imborrable cariño cuanto más avanza su viaje emocional y de paso dejando a un personaje ya memorable, encarnado por excelencia por la desconocida Yalitza Apiricio.

Roma es además una de las más magistrales revisiones del neorrealismo italiano del cine reciente; acercándose en su forma de exponer y abordar a sus personajes al cine más íntimo de Luchino Visconti y a Vittorio De Sica (en especial Umberto D.); esa conexión con la sencillez y la épica de lo cotidiano que indudablemente merece verse en una gran pantalla y un buen equipo sonoro (sea en cines o en doméstico).

Alfonso Cuarón teje un viaje a su memoria y en especial un homenaje a la criada de su hogar familiar de su infancia que encarna aquí la omnipresente Cleo. Ofreciendo de paso un interesante fresco sobre la inestable México de los setenta y un retrato de las diferencias de clase social que se ven rotas en el cosmos íntimo en la excelente secuencia de la playa; simbólico árbol sobre los renacidos lazos de esa familia que termina de confirmar esa nueva obra maestra de Cuarón como una de las imprescindibles del 2018.

Jose Asensio

Jose Asensio ha escrito 535 artículos en Ciempiés.

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