«Annabelle: La Creación»; terrorífico prólogo para introducir a la demoníaca muñeca

Nota:
De manos de David F. Sandberg llega la precuela del spin-off de la saga de Expediente Warren. El origen de la muñeca diabólica Annabelle: La Creación

Tras la cuestionable aunque exitosa Annabelle nos llega su precuela Annabelle: La Creación. Es decir, la precuela de la precuela de Expediente Warren. El universo cinematográfico iniciado por James Wan sigue dando productos que, al parecer, gusta a la sociedad. Los 256 millones de dólares que recaudó Annabelle avalan este spin-off, aunque las críticas no dijeran lo mismo.

De este modo, David F. Sandberg (Nunca apagues la luz) nos trae esta nueva historia terrorífica. En ella encontramos un matrimonio que recientemente ha perdido a su hija. Tras esto, deciden acoger con toda su buena voluntad a una enfermera y un grupo de niñas a su cargo. Sin embargo, una serie de sucesos inexplicables harán estremecerse a estos nuevos inquilinos. Una muñeca poseída, llamada Annabelle, los pondrá en su punto de mira y hará de su estancia una pesadilla.

Antes de comenzar a analizar hay que aclarar que las películas de terror nunca han sido de mi agrado. Con cualquier leve indicio de terror me tapo la cara y debajo de una manta. Y pobre de mí cuando hay un scream. La necesidad de pensar en otra cosa se apodera de mi y dejo de prestar atención a la cinta, entre comillas.

Ritmo intermitente

Dicho esto, y sin haber visionado el primer título de este spin-off, la tensión en mi asiento era palpable. Casi pude arrancar el acolchado del asiento con mis uñas. Sin embargo, no he llegado a estar verdaderamente aterrorizado como sucedió con ambas películas de Expediente Warren. El ritmo de los sustos no estaba bien repartido a lo largo de la trama. Por lo tanto, había momentos en los que estabas pidiendo que te sacaran de allí por el miedo mientras que otros lo pedías por su inexistencia.

Centrándonos en el argumento, esta va perdiendo fuelle. Con un comienzo muy prometedor y sustos que realmente te pueden hacer sufrir un paro cardíaco, el ritmo no se mantiene. No me malinterpretéis, no llega a aburrir en ningún momento y siempre se mantiene el interés y la tensión, proporcionado quizás por el juego con luces y sinfonías. No obstante, si que se espera algo más. Quizás James Wan hubiese conseguido mejor resultado que Sandberg.

Haciendo hincapié en esta ocasión en los personajes, no aportan un gran trasfondo. Stephanie Sigman (hermana Charlotte), Lulu Wilson (Linda) y Anthony LaPaglia (Samuel Mullins) cumplen de forma creíble y eficiente, este último en menor medida por su corto tiempo en la pantalla. El resto de elenco queda desaprovechado enormemente. Sobreactuaciones y situaciones donde se encuentran desubicados no hacen engrandecer este filme.

En general, para los amantes del cine de terror quizá quede un producto algo escasa, aunque cumpla. Para los que no son fans de este género, como es el caso de un servidor, verla debajo de una manta será la mejor opción. Los sustos no dejarán a nadie indiferente pero, como ya he dicho, su desordenada distribución puede no gustar a todos. Un prólogo de Expediente Warren acertado.

 

Jorge Martínez

Jorge Martínez ha escrito 185 artículos en Ciempiés.

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