Las 5 películas de situación que todo cinéfilo debería ver

Lista de producciones donde una situación o escenario reducido no impide contener grandes historias

Año tras año el séptimo arte se va desarrollando para traernos productos nuevos -aunque ahora pasemos una racha de constantes remakes y secuelas tardías-. El público busca sorprenderse cuando adquiere una entrada de cine y es lógico que con lo mucho que han avanzado las técnicas sea en este área donde veamos las mayores innovaciones. Películas, por ejemplo, contadas en un único plano, con un punto de vista a modo de primera persona, falsos documentales… Es puro darwinismo.

Pero en ocasiones, regresando a lo más básico se consiguen las mayores proezas. Hay algunos autores que han vuelto a los orígenes teatrales de las dramatizaciones audiovisuales para conseguir presentarlas como algo novedoso en el cine. Una gran historia desarrollada en un único escenario, como vemos más a menudo en las series con los episodios embotellados (como en «El que nadie está listo» de Friends o el polémico -y genial- capítulo de la mosca de Breaking Bad), pero que también hemos podido disfrutar en la gran pantalla. Es aquí donde realmente lo que se explota es la capacidad del autor por contar una historia con unos escenarios tan limitados y donde al final el peso recae necesariamente sobre la habilidad de los actores para dar vida al producto.

Aquí, para que os familiaricéis, he decidido recogeros algunos títulos esenciales que juegan con este formato:

 

Perfectos desconocidos (Álex de la Iglesia, 2017)

Perfectos desconocidos

La comedia de Álex de la Iglesia es sin duda la producción española revelación de los últimos meses. La obra, una adaptación de la cinta italiana Perfetti sconosciuti, nos muestra una cena a priori aburrida o, mejor dicho, común entre varias parejas que se reúnen casi a regañadientes cada tanto tiempo. Todo parece normal hasta que tienen la genial idea de jugar con los teléfonos móviles, desvelando así sus vidas ocultas.

Una divertida película repleta de líos, discusiones y giros sorprendentes que transcurre casi en su totalidad (menos los 5 minutos iniciales donde vemos el desplazamiento de cada pareja hasta el lugar de reunión) en un lujoso ático de Madrid. Idónea para llevar al teatro esta desternillante y tensa historia.

Un dios salvaje (Roman Polanski, 2011)

Un dios salvaje

Polanski también tuvo su escarceo en el formato con esta coproducción francesa-polaca-alemana-española que se apoyaba en un reparto de lujo para contarnos una reunión de padres cuyos hijos se han visto involucrados en una pelea en el colegio. Lo que arranca como una cordial visita para arreglar el problema entre los chavales desencadena, a causa de las chocantes personalidades de los protagonistas, en una enorme discusión demostrando que los adultos, a veces, no son mejores que los niños.

La película es una adaptación de un teatro, por lo que el formato le queda que ni pintado.

La cena de los idiotas (Francis Veber, 1988)

La cena de los idiotas

También proveniente de los escenarios (de la mano del mismo creador de la obra teatral), La cena de los idiotas es una de las mejores comedias del cine francés reciente -aunque está a punto de cumplir 20 años- y fuente de inspiración de un desastroso remake americano del que es mejor huir. Veber nos muestra a un grupo de triunfadores que se divierten organizando una cena cada tanto tiempo donde tienen que llevar cada uno a un «idiota» para divertirse a costa de estos sin que se den por aludidos. Un especie de competición donde gana el que encuentre a la persona más idiota.

Pese a que se presentan los personajes en el exterior al principio, prácticamente toda la película transcurre en un mismo escenario: un apartamento. Una comedia desternillante como pocas y con la que es imposible no amar al inocente François Pignon.

Doce hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957)

Doce hombres sin piedad

Esta obra maestra del cine no podía faltar. ¿Todavía no la conoce? Doce hombres que componen un jurado se encierran para discutir el veredicto del juicio, el cual en un principio claramente será el de culpable para el acusado. Todas las pruebas apuntan a ello. Pero entonces, un miembro decide exponer dudas razonables y al necesitar una sentencia unánime, el grupo tendrá que continuar el debate hasta conseguir llegar a un acuerdo.

Con una premisa tan simple, Lumet consigue en esta reducida sala de reuniones construir perfectamente un thriller absorbente donde meras conversaciones harán que te sientas como en la mismísima escena del crimen.

La soga (Alfred Hitchcock, 1948)

La soga

Y hablando de maestrías del cine, no podría faltar la aportación del gran Alfred Hitchcock, uno de los directores que más ha experimentado y reinventado el lenguaje cinematográfico. Si es cierto que podemos encontrar otros ejemplos en su filmografía de este formato, como en Crimen PerfectoLa soga es sin duda el producto más representativo del cine de situación. En un solo piso Hitchcock nos mete una cena, un cadáver, todo el círculo cercano de la víctima, dos asesinos y un profesor al que quieren impresionar.

Y si esto parece poca cosa además El Maestro del Suspense tuvo la brillante idea de rodarlo todo en un plano secuencia, falseado únicamente en un 3 o 4 puntos porque las cámaras de la época no daban para más. Mucho se habla de Psicosis, Vértigo Con la muerte en los talones, pero La soga entra también sin duda en la lista de las mejores películas de Alfred Hitchcock.

¿Conocías todas? ¿Cuál añadirías? Escríbenos en la caja de comentarios y charlamos.

J. Justo Moncho

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