«El Sr. Henri comparte piso»; efectiva tragicomedia que sin arriesgarse llega al corazón del espectador
Desde Francia nos llega este drama disfrazado de comedia en el que se nos presenta la historia de Constance, una joven estudiante que decide coger las riendas de su vida y mudarse a París, alejándose de una estricta familia que aún en la distancia le pondrán límites a sus alas. En la capital decide alquilar una habitación al señor Henri, un viejo cascarrabias de manual el cual insiste en romper lazos con todos los que le rodean, evadiéndose del mundo mediante constantes desprecios a los demás.
Si bien a priori podría parecer que el señor Henri es un personaje protagonista en la obra, pronto se descubre que es un mero secundario pero su presencia influye para bien y para mal en las experiencias y vivencias de Constance, la verdadera protagonista.
La obra tiene momentos cómicos muy agradables y aptos para todos los públicos, en ocasiones demasiado, convirtiéndose así en una comedia que no ofrece nada nuevo al espectador. No obstante, la ternura de la trama y el drama encubierto entre situaciones cómicas atrae la mente y el corazón del espectador a lo largo de su hora y media de duración.
Una obra en la que se trata sin pelos en la lengua temas demasiado complejos como la objetivación de la mujer, el alcoholismo, las relaciones extramatrimoniales y la mentira del destino, lo que provoca cierta confusión y dificultad a la hora de seguir el hilo. Pero ya no solo del espectador, sino también de Ivan Calbérac, guionista y director de la cinta, el cual en momentos no sabe cuál es la historia que está contando, desarrollando y cerrando tramas cada cinco minutos. Esto también crea un evidente descontento con el final de la película, resultado de introducir una nueva trama innecesaria.
El nivel actoral la cinta es sublime, pues goza de unas interpretaciones perfectas de cada miembro del elenco, destacando como es de esperar la brillante actuación de Noémie Schmidt llena de matices, la cual pasa de hacer de femme fatal a hacer de una estudiante inocente victimizada en cuestión de segundos.
Una película, en definitiva, destinada al consumo mayoritario, en cuya búsqueda por contentar a todo el público se pierde en ocasiones. Pero sin duda, una buena y entretenida obra de las que te harán desconectar y pasar un buen rato frente a la pantalla.