Aviones caídos de la TV
Es una sección triste, pero necesaria para todos aquellos que duden si ver o no estas series. Hemos necesitado una segunda parte (Aviones caídos de la TV) y no creo que aquí acabe la cosa. ¿Recordáis alguna serie que hubiese empezado con buen pie y de la emoción se hubiese hecho un esguince del 15? Algunas de las series deformadas de las que hablaremos esta vez son True Blood, Prison Break y Sobrenatural.
¿Sabéis esto de que empiezan una serie y no saben cuándo parar? Parece ser que al creador de esta serie le pasó algo así hace ya diez años. De eso que tienes una idea buena pero no sabes cómo acabarla y suena en tu cabeza el “Bueno ya se me ocurrirá algo otro día”.
Sobrenatural no es de las mejores series pero sus primeras temporadas eran cuanto menos curiosas. Estos hermanos nos cuentan (o al menos eso hacía en las primeras temporadas) las leyendas urbanas y las historias más terroríficas del mundo sobrenatural.
Todo empieza a ir mal cuando Dean visita el infierno y se queda encerrado, la primera de las 3 o 4 veces que habrá estado allí encerrado más adelante. A partir de ahí y de acabar con el demonio de ojos amarillos la cosa se empieza a liar en un bucle que no tiene final al menos por ahora.
Es una pena ver acabar prolongar una serie curiosa que empezó desde un punto de salida y que parece haberse echado una siesta junto con la liebre. Desgraciadamente la tortuga llegó hace tiempo a la meta y conforme la frente de Sam se ve más despejada la serie va empeorando proporcionalmente.
Prison Break es un ejemplo claro de avión caído. Las reposiciones de La Sexta lo demuestran. Eso sí, las reposiciones de la primera temporada, porque las restantes no le interesan a nadie. Si bien es cierto que tampoco me parecieron del todo malas, sí que fueron un poco bastante pesadas. Salir de una cárcel para entrar en otra.
Scotfield fue un personaje memorable que se despidió de nosotros con un sabor agridulce. No estoy del todo conforme con el adiós que nos dejó, pero quedará en nuestra memoria como aquel chico luchador, frío e inteligente que nos regaló unos primeros capítulos de una calidad sublime.
En resumen, esta serie debería de haber acabado tras la primera temporada y haber quedado como una miniserie. Una pena que tras tantos años siga habiendo gente que quiera revivirla al menos momentáneamente para seguir maltratándola.
Lo que empezó dando ciertas esperanzas de una serie de vampiros distinta se ha convertido en una parodia de si misma. Nunca me han gustado las series que siguen unos esquemas fijos. Pues bien, esta serie apuesta por el esquema de sumar una especie nueva tras cada temporada. Empezamos solo con vampiros, metemos hombres lobo, brujas y hasta hadas. Sé que mis líneas son muy irónicas, pero esta vez no es así, ¡metieron a las malditas hadas!
Lo tuvieron fácil, tenían la oportunidad de hacerlo mínimamente mejor que otras que trataban el tema, tenían una buena intro y tenían a Deborah Ann Woll (pésima actriz pero buen atractivo visual), pero ni con esas. Se quedaron a las puertas de la mediocridad. Jamás vi un final tan aplaudido. No por el cierre de una gran serie, sino por ser simplemente un cierre
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