Miguel Ángel Tobías estrena en Barcelona la película-documental «Rising Nepal»

El periodista y director de cine documental, Miguel Ángel Tobías, estrenó en los multicines Aribau de Barcelona su nuevo proyecto Rising Nepal, donde cuenta la historia personal de 8 supervivientes del terremoto que destrozó el país el 25 abril de 2015. Esta película se enmarca dentro de los proyectos solidarios que ha emprendido el director para colaborar en la reconstrucción de Nepal, cediendo el 100% de la recaudación para esos fines benéficos. La película se presentará a partir de septiembre en más ciudades españolas, llegando a los cines en octubre y a la televisión a finales de año. Vía telefónica, Tobías explica a Ciempiés Magazine los detalles de este último proyecto.

Descubriendo «un pueblo donde la gente es capaz de fijarse en el que está al lado y ayudarse entre ellos»

Cuando ocurre una tragedia como la de Nepal, desde los medios de comunicación se intenta transmitir lo mejor posible lo sucedido, explicando las causas y las consecuencias inmediatas. Lo que suele quedar fuera de las agendas informativas, a no ser que una efeméride lo remedie, es qué pasa después de una catástrofe así. ¿Qué le ocurre a la gente que ahora tiene que empezar literalmente desde cero?

Con Rising Nepal Miguel Ángel Tobías intenta contar esa historia, repitiendo lo que ya hizo en Haití. Con su equipo a su lado, visitó el país que trataba de reconstruirse a sí mismo tras los seísmos, y descubrió que “la particularidad de Nepal es que la gente es muy especial, con un elevado nivel espiritual y con la capacidad de asumir esa tragedia y sacar una lectura de lo que les ha pasado, algo que en occidente no somos capaces de hacer», apostilla, críticamente y nada más empezar la entrevista, contra la sociedad que le educó.

Durante la conversación sale a relucir varias veces el contraste oriente/occidente que conoce Tobías a través de su experiencia en viajes y en contacto con seres humanos de una parte y otra del globo. La principal diferencia, desde su punto de vista, reside en que «ves que en vez de fomentar la propia individualidad y el sálvese quien pueda, potencian el mirar a los demás y echar una mano. Es un pueblo capaz de fijarse en el que está al lado y ayudarse entre ellos».

“A diferencia de lo que pasa en occidente -prosigue-, ellos tienen un sentido de la transcendencia. Les permite asimilar el sufrimiento psicológico que, a pesar de haberlo pasado mal, no les exime de seguir ayudando.» Tobías no pretende que su documental quede como un relato aséptico de lo que sucedió, sino que trata de ir más allá y remover las conciencias en occidente, mostrando esa actitud colectiva con la que entró en contacto y que fue la primera piedra en la reconstrucción del país asiático.

Por ese motivo, la película no habla del terremoto, aunque sea su telón de fondo, sino que «habla del sentido de la vida, de para qué estamos aquí, del amor, de la justicia, de la lealtad….» unos valores con los que cree que nos ayudarán a «relativizar nuestros problemas», especialmente los derivados de la cultura del consumismo.

Tal y como la describe su director, una de las lecciones morales clave es «la impermanencia de las cosas materiales». Tobías explica que «occidente vive en una carrera desenfrenada, vital, por el tener más cosas que nos obligan a trabajar más para mantenerlas», mientras, que a su manera de entender estas dos sociedades, «en Oriente están más centrados en el ser» ya que «aunque valoran las cosas materiales tienen claro que no son lo más importante y que es más prioritario alimentar el intelecto y el espíritu”.

A esa razón atiende que sea “más importante ser persona que cosa», una problemática que nace de que, en occidente, «vivimos en un mundo en el que hemos cosificado a las personas, tanto casi que a veces no distinguimos una persona y una cosa.” Desde esa descripción oscura de una parte de la psicología social de occidente, el periodista contrapone el opuesto oriental donde»el ser humano está en el centro. Ellos nunca harían lo que hacemos aquí, que llegamos a ser esclavos de nuestras posesiones”. La lección vital que toma para sí mismo es que “cuando acumulas por dentro, en lugar de por fuera, eres más sabio y, por lo tanto, más libre».

Sin embargo, no todo es tan fácil. Nepal no es, precisamente, el paraíso. La gente sufre, y precisa herramientas que le ayuden a entender y superar la pérdida de lo conseguido durante toda una vida, perdiendo además a algunos seres queridos entre los escombros de lo que un día fue su hogar. Tobías apunta especialmente este aspecto como el más duro que vive un ser humano cuando se enfrenta a una tragedia de esta magnitud:

“Si uno nunca ha estado en una catástrofe, te das cuenta de que las personas que viven allí ya estaban en unas malas condiciones de vida y, después del terremoto se estropean mucho más. Además, también sufren la pérdida de seres queridos que te marca para siempre. Los supervivientes tienen que hacer frente a eso además de reconstruir unas vidas que, materialmente, se han quedado muy tocadas tras haber perdido las casas y los puestos de trabajo tras el terremoto”.

Después de todo, a pesar de lo mal que lo pasaron los protagonistas de esta historia, esa actitud de solidaridad colectiva que observó y documentó Tobías les ha permitido salir adelante, sin ningún fulgor, o aplauso, siempre venciendo a la ya cotidiana rutina contra el retorno a los inicios, con muchas espinas clavadas en el corazón por el recuerdo de un ser querido al que se lo llevó la tierra.

La producción, distribución y acceso a la película

Hablando más allá del contenido del film, Tobías tiene motivos para estar “muy contento», ya que ha recibido buenas vibraciones en el reciente estreno mundial de Rising Nepal, «tanto de público como de crítica». 1200 personas acudieron a ese estreno en los multicines Aribau de Barcelona. «Un motivo de orgullo» para Tobías porque ven que su trabajo «interesa», y sirve al objeto de la película: «generar conciencia y que nos sirva a todos para saber en que mundo vivimos y nos lleve a todas las personas para entrar en acción y ayudar a las víctimas del terremoto de Nepal”.

No obstante, aunque la película se haya estrenado en Barcelona, se podrá visualizar en muchas ciudades más a partir de septiembre, ya que se organizarán nuevos «eventos benéficos donde habrá entrada libre y cualquiera podrá hacer una aportación de forma anónima y voluntaria», llegando en octubre a los cines y a finales de año a la televisión, en los canales del grupo Mediaset.

Sobre el carácter «100 % solidario» del proyecto, y como ya hizo Tobías con Sueños de Haití, la película se realizó «a fondo perdido», es decir, que «no se recuperará el dinero de la producción y el 100% de lo que recaude la película estará dedicado a causas sociales». En esta ocasión, los proyectos beneficiados serán para la Escuela Budista Mahayana, cuyo objetivo es «proporcionar educación básica a niños sin recursos de las zonas remotas de Nepal y Tíbet», y el Langtang Disaster Relief Fund; una ONG que «gestiona la reconstrucción del valle de Langtang para todos los tamang que se han quedado sin hogar».

Por otro lado, desde el punto de vista de la construcción cinematográfica, Tobías explica que “este tipo de proyectos tienen un poco de milagro porque no son proyectos audiovisuales normales» debido a que «la grabación se realiza en situaciones no controladas por la situación del lugar y de los protagonistas», un proceso lleno de incertidumbre que se contrarrestra con la enorme motivación por emprenderlo.

Además, Tobías también confesaba que se ha saltado las reglas del documental canónico para crear algo mucho más cinematográfico: «no es un documental al uso, porque a veces tienes la sensación de estar viendo la película. He podido crear escenas dirigiendo a los personajes, logrando que en ocasiones se interpretaran a sí mismos».

En la misma línea que Forges con sus viñetas, Miguel Ángel Tobías explica que hace estos trabajos para que «cuando suceda una catástrofe y se diluya el foco mediático, se estrene el documental un año después y que vuelva así a la actualidad para que las instituciones y todo el mundo vuelva a ayudar como pueda”.

El ritmo trepidante de las agendas informativas provoca que unos temas entren o no en las portadas de periódicos, e informativos de radio y televisión. Y cuando no se habla de un asunto, parece que deja de existir o importar. Por eso hay que recordar esas causas que quedan en el olvido y que las protagonizan seres humanos que sólo intentan vivir del modo más digno que pueden.

Un punto de discusión y polémica es cómo podemos ayudar desde casa, especialmente cuando las dinámicas actuales de la ayuda internacional se cometen ciertos errores. Pero, a pesar de todo ello, Tobías reivindica que eso no debe usarse como excusa para acomodarse en el no hacer nada: “Claramente no vivimos en un mundo perfecto. Las ONGs no son perfectas. Pero siempre es más fácil criticar que hacer algo».

En defensa de quienes trabajan ayudando sobre el terreno, independientemente del organismo del que formen parte, el director de cine documental propone preguntar a quienes critican sin aportar soluciones a la sociedad «si hacen algo por su barrio», desacreditando así a las personas que se limiten a criticar sin hacer nada más que predicar desde el sofá.

Por otro lado, y ya al final de la entrevista, Tobías apuntó a «la eterna pregunta de si apoyar a pequeñas o grandes», a la que responde diciendo que «todas hacen una labor importante» dando más importancia a la actitud que Vicente Ferrer defendió con una de sus frases que más han marcado al documentalista: «Lo único que no podemos hacer es no hacer algo”.

‘RISING NEPAL’ from Acca Media on Vimeo.

Película documental, dirigida por Miguel Ángel Tobías, que narra las historias de superación de cuatro supervivientes al terremoto que tuvo lugar en el país asiático el pasado 25 de abril de 2015.

David SanRoA

ha escrito 6 artículos en Ciempiés.

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