«Inferno»; infernal desastre que puede suponer el fin de la franquicia
Tom Hanks encarna por tercera vez a Robert Langdon y Ron Howard dirige la adaptación de otro best-seller de Dan Brown tras el éxito de El código Da Vinci y Ángeles y demonios, brindando aquí un torpe sinsentido que denota el desgaste de la franquicia.
Con unos pobres efectos visuales y un Tom Hanks al que se le intuye su pereza frente a su personaje, Howard dirige sin la funcionalidad de las dos adaptaciones anteriores de Brown, dejando una obra aburrida y confusa que no mantiene la lógica dramática y narrativa que convertían a los dos anteriores filmes en un entretenimiento agradable si no se rascaba demasiado en sus capas.
Un infierno dantesco (protagonista del caso apocalíptico de esta entrega) en el que todo rezuma pereza y la única búsqueda de explotar una franquicia en busca de la taquilla; perdiendo mucho interés y solidez, con unos personajes poco interesantes, salvándose el mesiánico cerebro de la epidemia interpretado por Ben Foster.
Una continua huída de parajes de Florencia y Estambul, confusa y aburrida, donde la eficiencia narrativa de Howard ha desaparecido por completo (subrayada por un desenlace penoso y nada fiel al de la novela). Aún con este despropósito, los productores sólo esperarán a los datos de taquilla para vislumbrar si es realmente el fin de la franquicia.