«Memorias de un asesino internacional», burda trama de un sicario por error

Nota:

Toda ficción tiene su parte que puede ser más o menos realista y su parte inverosímil. Sin embargo, si esa parte irreal fuese creída por todo el mundo, ¿entonces qué podría suceder? Pudiera ser que cierto tipo de personas se volcaran totalmente con esos sucesos y crearan su propia visión del mundo, en la que también podrían verse arrastrados a ella otra parte de la sociedad.

En este filme podemos encontrar como un escritor frustrado se inventa una identidad y, por un descuido (o gancho según su editora), se apoda con el nombre de un conocido asesino internacional. A continuación, se ve involucrado en una serie de contratos por distintos frentes que buscan objetivos relacionados entre sí. Por su parte, el escritor es un completo fraude pero intenta salvar el pellejo de todas las maneras hasta que se ve seducido por una agente que también entra en el juego. A partir de ahí, buscará la mejor forma de que los intereses de ambos sean correspondidos.

Jeff Wadlow (Kick-Ass 2, Rompiendo las reglas y Cry Wolf) y Netflix nos ofrecen una película basada en una serie de tramas que se superponen en un entorno hostil, pero siempre desde el punto de las memeces. Sí, esta película que toca acciones de guerrilla, espionaje, tácticas y traiciones está toda basada en una gran estupidez. Sucediéndose sin parar situaciones absurdas y bajo la premisa de la incompetencia del protagonista, crea una trama que puede parecer graciosa e incluso entretenida en su comienzo, pero que se va alargando intentando ser una película seria cuando, definitivamente, no lo es. Se nota, sin embargo, una sátira de la sociedad muy bien marcada, haciendo también ver la incompetencia y acciones polémicas de aparatos gubernamentales como la CIA o la presidencia de Venezuela.

El incompetente y penoso personaje que interpreta Kevin James es uno más dentro de su repertorio de este estilo, el cual, por accidente, se ve involucrado en una serie de sucesos de los que al final se vuelve ‘una mejor persona’. Andy García está bien haciendo de tipo malo pero bueno, aunque no le pega ese acento y esas barbas. Zulay Henao ofrece el toque sexy a la cinta, con una interpretación que no destaca pero tampoco desentona. En cuanto al resto del reparto, Andrew Howard da el pego de mafioso ruso y lo interpreta muy bien; Kelen Koleman proporciona la parte insoportable aunque necesaria para que la trama siga adelante; y Maurice Compte es aquel que pone en duda las dotes del protagonista, es decir, prescindible.

En general, una película que es entretenida, pero que dista mucho de atraer tanto como podría parecer con su título original. No encontraréis grandes situaciones de acción, de estrategia o de espionaje, pues en este filme se centra en la absurdez, pero sin querer ser una película absurda. Este es el gran fallo: querer hacer una película de acción donde domina la inutilidad.

Jorge Martínez

Jorge Martínez ha escrito 185 artículos en Ciempiés.

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