«La luz entre los océanos»; insulsa participación en el género de drama

Nota:

Michael Fassbender se embarca en un proyecto más y parece haber decidido, al igual que su personaje, alejarse, pero esta vez de todo proyecto ambicioso y fresco para demostrar una vez más que a pesar de disfrutar de fantásticas cualidades también vale para hacer películas que no acaben transmitiendo demasiado o nada. Un largometraje más, como de otra época, una época en la que los dramas sensibles e históricos logran contentar con el público común.

Película dirigida por Derek Cianfrance, el mismo director que llevó a cabo largometrajes como Cruce de caminos o el ambicioso proyecto Blue Valentine en un pasado. Esta vez Cianfrance nos trae un trabajo ideal para la sobremesa de domingo. Una de esas películas protagonizadas por caras que no hemos visto nunca y que tampoco nos llegan a importar demasiado, solo que esta vez reconocemos a un reparto decente entre los que se encuentran el ya nombrado Fassbender y Alicia Vikander como protagonistas y una Rachel Weisz en un segundo plano, pero manteniendo importancia estructural. No tenemos palabras para comentar el trabajo de los actores, simplemente se dejan llevar por los acontecimientos de sus personajes.

La trama llega a pecar de predecible y la película parece ser un proyecto de universidad nada ambicioso, como trabajado sobre una plantilla ya establecida. Siguiendo esquema por esquema de un drama de manual. La idea al principio puede llegar a dar esperanzas al ver que Fassbender llega a un faro solitario y que puede dar nuevas ideas incluso echar mano de imaginación o algo de fantasía, pero para aquellos afortunados que hayan leído la sinopsis o visto algún tráiler verán que es un producto más del que nadie volverá a hablar pasado su estreno.

Al ser una película sin sabor alguno y sin ninguna apuesta arriesgada la duración de más de dos horas se llega a hacer pesada para el espectador. Una idea básica demasiado extensa, creo yo. La trama se podría haber simplificado mucho más.

La escenografía es decente y nos deja algunas bonitas imágenes. Se nota que han cuidado más este aspecto que el del guión. La música fluye como un elemento más de una película más. No llega a conmover, pero es que no puede a hacer demasiado si el plato principal no es bueno. Una guarnición pocas veces da el visto bueno del cocinero para el plato principal.

En definitiva, una película ideal para no sentir nada. Bueno sí, quizá sintamos al final un leve vacío al haber visto algo que duraba dos horas y no nos ha aportado ni una mueca. El largometraje no se merece ni criticas destructivas ni alabanzas. Tampoco merece el visto bueno.

Javier Sólvez

Javier Sólvez López ha escrito 219 artículos en Ciempiés.

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