«Tully»; el tándem Jason Reitman-Diablo Cody cuentan con la magnífica entrega de Charlize Theron para tejer uno de los retratos más honestos sobre la maternidad

Nota:
Marlo (Charlize Theron) es una ama de casa llegada a la cuarentena que vive infeliz en su rutina y vida cotidiana cuidando de sus dos hijos y del inminente nacimiento del tercero

El director Jason Reitman y la guionista Diablo Cody vuelve a unir fuerzas tras dos obras anteriores llenas de elogio como eran las indie Juno Young Adult contando de nuevo con una entregadísima Charlize Theron como retrato de las inseguridades de la madurez y de la crisis de identidad e infelicidad que la protagonista afronta frente a la inminente llegada y nacimiento de su tercer hijo. 

Marlo (Charlize Theron) es una ama de casa llegada a la cuarentena que vive infeliz en su rutina y vida cotidiana cuidando de sus dos hijos y del inminente nacimiento del tercero, paliando económicamente con el trabajo de su marido (Ron Livingston); un hombre que no le presta excesiva atención a causa de las horas de trabajo, refugiándose en los videojuegos ya entrada la noche. Ante la triste situación emocional que ella vive, en una cena en casa de su hermano; mucho más pijo y acomodado que ella; le recomienda contratar a una nanny nocturna para que pueda descansar mejor y poder centrarse en otras cosas. Una noche llega la nanny contratada, una joven llamada Tully (Mackenzie Davis) con la que Marlo conecta en la que afloran confidencias y amistad, recordándole a su Yo joven en su optimismo y libertad.

Hacía tiempo que Reitman había perdido un poco su cierta relevancia dentro de un cine indie convertido ya en marca desde hace al menos dos décadas, tras varios proyectos fallidos Reitman se reencuentra con sus mejores obras ofreciendo un filme más amargo e hiriente que sus anteriores proyectos más satíricos en tono, acercándose mucho más al drama íntimo y naturalista y a una asombrosa honestidad que alza a Tully como uno de los retratos sobre la maternidad actual más cercanos y nada complacientes con el espectador, tratando en su desarrollo dramático temas como la depresión posparto o la crisis de identidad de la maternidad.

La entrega emocional y física de Charlize Theron – en un cambio físico de radicalidad similar al de Monster (2003), que le valió un Oscar – y sobre todo su química con la magnética Mackenzie Davis, alzando el filme desde que toca el timbre de la casa de Marlo; son lo imprescindible de este filme que aunque tenga alguna decisión tramposa o algo discutible, el filme destila una sutil naturalidad sobre nuestras inseguridades emocionales y por encima de todo un retrato sin concesiones sobre la maternidad actual.

 

Jose Asensio

Jose Asensio ha escrito 532 artículos en Ciempiés.

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