«Robin Hood (2018)»; prefabricado pastiche entre el cine de superhéroes, los videojuegos y Guy Ritchie que no ofrece nada nuevo al mito

Nota:
Taron Egerton (Kingsman: Servicio secreto) y Jamie Foxx (Django desencadenado) protagonizan este simplón entretenimiento caótico en sus secuencias de acción en el que aún así se atreve a abordar una perspectiva política bastante subversiva y potente para ser un blockbuster

Enésima revisión del mito Robin Hood – “el ladrón que roba a los ricos para dárselo a los pobres” – sólo ocho años después de la poco relevante versión de Ridley Scott; buscando ofrecer una historia de orígenes en la que prima la acción y una cierta ruptura de algunos códigos típicos de anteriores versiones cinematográficas, buscando acercar al personaje a la juventud actual. Aunque resulte un conjunto caótico y bastante simple que deja de lado a los personajes y en el que prima una estética y construcción cercana a la del cine de Guy Ritchie o el de superhéroes.

Cambiando ya desde el inicio ciertos códigos; el filme no nos presenta a Robin (Taron Egerton) como un ladrón sino como un noble que es llamado a luchar en Las Cruzadas y que al volver cuatro años después a Nottingham; ha sido dado por muerto, y ha visto desvalijada su casa y su fortuna; además de haber perdido a su gran amor, Marianne (Eve Hewson). Con la ayuda del árabe John (Jamie Foxx) al que salvó en la ocupación de Arabia y que le ha seguido a Londres al perder a su familia, Robin decide vengarse de la situación y termina emergiendo como voz revolucionara frente a la injusticia y abuso de poder que sobre Nottingham han marcado el Sheriff (Ben Mendelsohn) y la Iglesia católica a partir de la excesiva carga de impuestos y la corrupción.

Resultando una propuesta simple y que deja en los clichés habituales del cine de acción a sus personajes, Otto Bathurst – curtido en la TV, dirigiendo varios episodios de series como Peaky Blinders – construye un filme que mezcla los elementos clásicos del personaje con actualizaciones que la acercan al cine de superhéroes o a estéticas como las del director británico Guy Ritchie; suponiendo una fallida actualización del mito que resulta quizás demasiado blanda en comparación con la más fantasiosa y exagerada Rey Arturo: La leyenda de Excalibur del ya mencionado Ritchie.

Aunque ofreciendo interesantes ideas como su subtexto más subversivo contra los poderes establecidos y en especial, sobre la malévola y corrupta Iglesia que resultan valientes dentro de un blockbuster con ansias de franquicia (como muchas otras propuestas que llenan el cine actual). Aunque lo haga desde personajes planos y que en ciertos casos ni siquiera evolucionan, como sucede en especial en los villanos interpretados por el siempre eficaz Ben Mendelsohn, en la piel del Sheriff de Nottingham; y el veterano F. Murray Abraham como el todopoderoso Cardenal. Sumándose a pobres interpretaciones en conjunto aunque Taron Egerton y Jamie Foxx busquen sacar su innato carisma.

Un Robin Hood con aires de cine de superhéroes y del videojuego Assassins’s Creed, mezclado con Guy Ritchie y los tintes subversivos y políticos de la ya icónica V de Vendetta (2006) que resulta muy plana en sus personajes, algo prefabricada y con una dirección sin el carácter suficiente para hacer resaltar algunas de sus evidentes virtudes; resultando una nueva entrega, que aunque claramente lo busca, no ofrece nada nuevo en el mito Robin Hood ni en el cine comercial que puebla nuestros cines en hoy en día.

 

Jose Asensio

Jose Asensio ha escrito 532 artículos en Ciempiés.

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