«Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald»; J.K. Rowling madura el universo adulto de la nueva saga en un filme farragoso y discursivo que sólo sirve para exponer personajes y situaciones a desarrollar en el futuro

Nota:
Esperada secuela de Animales fantásticos y dónde encontrarlos en la que J.K. Rowling madura el universo mágico de esta nueva franquicia y aborda este episodio en modo de caótica y discursiva presentación y plantación de ideas, personajes y tramas a desarrollar en las próximas entregas

Secuela del nuevo universo creado por J.K. Rowling y que sucede setenta años antes que la multimillonaria saga de Harry Potter. Que tiene como intención resultar una saga de cinco episodios que en esta entrega que ahora nos incumbe busca mucho más al mitómano fan de la saga literaria en una historia que mantiene el tono adulto de la muy agradable y sorprendente primer filme de Animales fantásticos y dónde encontrarlos; aunque cae ante un tono demasiado explicativo y farragoso al querer plantear en el mismo relato un montón de conflictos, personajes y subtramas.

Tras el icono de Warner Bros. y de la nueva Wizarding World (división que busca ser la marca del Universo Cinemático de J.K. Rowling y sus mundos mágicos), el filme empieza con una espectacular secuencia que ya nos expone a Grindelwald en plena forma y que confirma un claro rumbo al tono oscuro que ya rodeó la saga Harry Potter desde la tercera entrega (aunque se acerca más a las últimas entregas en lo formal). Una espectacularidad y sobretodo dinamismo que en pocos momentos volverá a tomar lugar en el relato. En gran parte a causa de una acumulación caótica de subtramas, ideas y lazos familiares que ofrece momentos realmente caóticos a un relato que parece querer ser una Génesis para las siguientes secuelas que una película con entidad y aire continuista de lo visto en su estimable y más familiar primera entrega.

Con Credence (Ezra Miller) como centro del relato, al ser el objetivo de búsqueda de Grindelwald (Johnny Depp) y su obsesión para tenerle de su lado y así dominar y conseguir sus intenciones de dominar el mundo mágico (y el no mágico) junto a sus seguidores de sangre pura y limpia; y por otro lado, el peligro por el que Dumbledore (Jude Law) convoca y envía a Paris a Newt Scamander (Eddie Redmayne) para evitar tal alianza y encuentro y encontrara antes a Credence. Mientras, el propio Credence sigue buscando su origen familiar y a sus verdaderos padres acompañado de otra solitaria maga llamada Nagini (Claudia Kim).

Bifurcaciones a partir de las que tanto los viejos conocidos como el numeroso grupo de nuevos personajes terminarán encontrándose y formándose tanto la alianza entorno a Dumbledore y Scamander como la de Grindelwald y sus seguidores. Una situación llena de sorpresas, revelaciones y guiños que podrán sin duda satisfacer al fan del mundo mágico de Rowling y sin duda plantean grandes ideas y expectativas para las próximas entregas;. Pero esta ambiciosa visión de franquicia no hace otra cosa que hacer que el filme sólo resulte transitorio dentro de la saga, a partir del cual desarrollar el montón de subtramas, conflictos y personajes presentados aquí de forma algo caótica e irregular.

Si algo merece destacar vuelve a ser su impecable diseño y apartado técnico que ofrece además novedades al trasladar la acción a la ciudad de París (y al famoso colegio mágico de Hogwarts), contando además de nuevo con una magnífica partitura de James Newton Howard; y planteando en su subtexto elementos realmente atractivos como la peligrosa y potente parábola entre el ideario de Grindelwald y la realidad de nuestros días con los ascensos de la extrema derecha y su maquillada corrección política. Elementos en los que realmente Grindelwald se confirma como un sólido villano para la saga, yendo más allá de ese arquetípico “Mal absoluto” que representaba Voldemort en la saga Harry Potter.

Tanto Grindelwald – interpretado por un contenido Johnny Depp – y el joven Dumbledore de Jude Law resultan el eje más atractivo como personajes. Junto a una continuista evolución del protagonista Newt Scamander y la relevancia en la trama de personajes como Lita Lestrange (notable Zoë Kravitz), ofrecen evidentemente cierto atractivo y elementos de gran interés. La acumulación por otro lado de un montón de personajes ofrece para mi una de los grandes puntos débiles de esta propuesta y es que Rowling pierde bastante el desarrollo y la química de los acompañantes y aliados de Scamander; resultando pobre la presencia y desarrollo de Tina (Katherine Waterston), Jacob (Don Fogler) y Queenie (Alison Sudol) – estos dos últimos con una seria subtrama sin cuajar – y perdiendo esa encantadora química que el cuarteto formó en el primer filme.

Resultando atractiva y dejando sin lugar a dudas muchas ricas ideas para próximas entregas, Rowling se precipita en lo narrativo al ofrecer una caótica y farragosa narración llena de orígenes familiares, subtramas y personajes que se construye mirando a las futuras entregas más que a la construcción solida de esta propia película; perdiendo en gran parte el sentido fantástico más clásico y encantador de su primera parte y cayendo claramente en la fiebre episódica de las franquicias que dominan el cine comercial contemporáneo.

 

Jose Asensio

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