«Sherlock: Las seis Thatchers», buena forma de compensar el parón, aunque esperamos más

Nota:

Vuelve el gran detective que se basa en las historias de Sir Arthur Conan Doyle a la acción. Tras dos años de espera, por fin volvemos a ver al extravagante investigador acompañado de su inseparable ayudante, retomando su historia inmediatamente después de donde se quedó en el 3×03: Sherlock Holmes era acusado de asesinato y con el inesperado y misterioso regreso de su archienemigo, Moriarty.

Bien cabe decir que no se trata de la mejor trama que se desarrolla en la serie. El arranque del capítulo es lento y se centra en cosas banales, aunque con bastante sentido. Tampoco encontramos tanta investigación como nos acostumbra en el laboratorio, que es sustituido por más momentos de acción. Sí estamos, sin embargo, ante uno de los capítulos que se acontecen con mayor oscuridad y secretismo. John Watson y su familia se encontraban en un punto bastante interesante cuando terminó la cuarta temporada y, ahora, se vuelve aún más al aparecer alguien que, probablemente, tendrá un papel esencial en la serie.

Como es costumbre, Sherlock es llamado por Lestrade y la agencia de policía para ayudar en un caso que parece no tener solución y que él destapa sin apenas despeinarse. Esto por supuesto le lleva a otro caso más complejo, difícil y satisfactorio para el residente de la calle Baker, un caso que, en esta ocasión, tiene que ver con bustos de la famosa Primer Ministro del Reino Unido, Margaret Thatcher. Se están robando y destruyendo bustos que parecen conducir a algo más, con un sorprendente, grandioso y siniestro final de capítulo (no voy a entrar en más detalles para no dar spóiler).

El capítulo viene cargado con los irónicos y con poco tacto comentarios del grandioso Holmes, su enemistad con su hermano Mycroft, la preocupación por su acompañante leal Watson y el misterio que abarca alrededor de su cónyuge Mary. El sociópata detective sigue en sus trece de hacerse valer sobre el resto de personas, detectando cada insignificante detalle que para cualquier otro pasa desapercibido y alardeando de ello. Si es cierto que hay momentos que no están a la altura de esta magistral serie, como la reaparición de A.G.R.A (si no sabes de lo que hablo, es que no has seguido el resto de temporadas) o el responsable del caso principal del capítulo, aunque son necesarios para el desarrollo.

En cuanto a las actuaciones, seguimos ante unos magníficos Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, dos grandes estrellas hollywoodienses que se han ganado mi respeto y admiración con el paso de los años y sus participaciones en diferentes producciones. Amanda Abbington (Mary) se lo ha ganado exclusivamente por su participación en esta serie, pues su entrañable aunque, como sabemos, misterioso pasado ha logrado hacerse un hueco en mi corazón. Mark Gatiss (Mycroft) es un personaje simplemente grandioso, con carisma, y el único capaz de sacar de sus casillas a Sherlock Holmes, aunque siempre parece quedar por debajo de él en las discusiones.

Tal vez la larga espera de volver a ver a la pareja Cumberbatch-Freeman de nuevo en la pequeña pantalla haya canalizado nuestras ansias por el estreno de esta cuarta temporada, pero la verdad es que este capítulo no decepciona para nada. Si es verdad que se han conseguido tramas de casos que hayan hecho no despegar la vista de la pantalla, pero este no se queda atrás y nos produce un satisfactorio comienzo de 2017. ‘The game is on’.

Jorge Martínez

Jorge Martínez ha escrito 185 artículos en Ciempiés.

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