«Iron Fist»; Netflix-Marvel dan un paso atrás con su primera propuesta puramente blockbuster
Iron Fist tiene las mismas virtudes y carencias que cualquier producto de artes marciales, para desgracia del universo de Los Defensores
Tras una larga espera desde que se publicó Luke Cage, por fin Netflix nos trae una nueva serie de Marvel. Esta vez la protagoniza un desconocido héroe en el universo Defensores pues todavía no había aparecido en ningún momento. Se trata nada más y nada menos de Iron Fist (Puño de hierro), un niño rico dado por muerto durante años que ha vuelto a la gran ciudad tras haber aprendido técnicas de lucha místicas que lo hacen casi invencible.
Así, de forma muy resumida, es de lo que trata la nueva serie de Marvel-Netflix. Una propuesta que bebe mucho de las cintas de artes marciales que han infectado nuestros cines durante años. No es un cumplido.
Empecemos con lo bueno. Como siempre, nos presentan una historia más realista de superhéroes y más oscura. Una apuesta bastante entretenida pero que en absoluto recomiendo ver en maratón, pues sí puedes acabar saturado. Está muy bien metida en el universo forjado por las anteriores series de Marvel y, claro está, las películas.
Ahora bien, el guion es muy flojo y durante gran parte de la serie resulta ésta tediosa. Bien es cierto que hay momentos divertidos como los capítulos iniciales y algunos en la recta final, pero el cuerpo de la producción y la conclusión son muy decepcionantes. La trama avanza a base de excusas para meter peleas, desde la primera escena. Esto es a lo que me refería antes, es cine de artes marciales total. Historia mala, coreografías de luchas espectaculares (aunque tampoco siempre).
Buscando a Iron Fist
El protagonista dicen que es Iron Fist, pero yo no lo he visto en ningún momento. En cambio, a Daniel Rand lo encontramos hasta en la sopa. Insisto en que la serie es aceptable como entretenimiento. Un blockbuster total. Por eso creo que deberían haberla hecho más superheróica. Insistir en la faceta de Iron Fist en lugar de todo el rato líos familiares de Rand y sus colegas. No aparece ni el traje, algo intolerable pues en los cómics casi ni se lo quita para ir por casa. Por ello digo que es la serie de Daniel Rand, sin Iron Fist. Problema grande, pues venía yo a ver otro personaje que me prometían y luego nada.
En la historia que nos cuenta hay vacíos inmensos. No sabemos nada de su pasado. En un principio parece que lo va a tratar mediante flashbacks a lo Arrow (algo que sin duda hubiese sido una cagada igualmente pues en la serie de CW se trata de lo más insoportable temporada tras temporada). No obstante, pronto lo dejan y te quedas con un personaje que no conoces y que por tanto jamás podrás empatizar con él. Sin duda, ha faltado ahí un capítulo a lo Luke Cage que sea todo en sí un orígenes del personaje.
Por otro lado, sus líneas son insufribles. Un personaje muy plano y mal interpretado, aunque no creo que la culpa recaiga en Finn Jones, sino en el guion y en los directores de cada capítulo. Un personaje, como decía, mal dibujado, que incluso me llega a caer mal. ¿Por qué ha abandonado a su clan? Necesitamos respuestas y buenos argumentos, porque yo sigo sin entenderlo y por tanto me obliga Netflix a posicionarme en contra de su protagonista.
Sin amenazas importantes
Los villanos no parecen suponer ninguna amenaza. Sobre todo el caso de La Mano, que es vergonzoso. Han querido humanizar la organización criminal y ello ha conllevado a que dejen de ser esa mal mitificado que vimos en Daredevil y que de verdad asustaba. Aquí son críos que caen al mínimo guantazo de Rand.
El caso de la familia Meachum es parecido. Son gente rara, haciendo cosas raras y que nunca sabes de qué palo van. A veces los pintan de buenos haciendo cosas malas y otras de malos sin haber hecho nada especial para ello. Y lo mismo, no suponen ninguna amenaza más que en los primeros dos capítulos con el tema del centro de salud mental.
Destacar el personaje de Colleen Wing, que a mi parecer se come la pantalla gracias a poseer una historia mucho más interesante que la del prota. Y también quiero destacar la nula aportación de Claire (Rosario Dawson), metida a calzador como en ninguna otra serie. Un personaje que ya cansa pues te dejas de creer esa dinámica de coincidencias, pese a que Dawson hace un trabajo magnífico como siempre. En este caso, la vemos hasta peleando contra La Mano a guantazo limpio. ¿Pero no era una enfermera? ¿Qué me he perdido?
Se pierde la estética de barrio de sus predecesoras, sustituyendo los callejones por rascacielos. No aporta mucho al universo pero creo que es un personaje que, cuando decidan tratar como un superhéroe, puede dar mucho en Los Defensores. Una apuesta de artes marciales, buenas peleas, entretiene, pero historia muy deficiente. El blockbuster de Marvel-Netflix.