«Un hombre llamado Ove»; una entrañable cinta que recuerda el paso del tiempo

Nota:

Desde las tierras que un día fueron conquistadas por palabras imposibles de pronunciar nos llega la cinta que nos toca analizar hoy. Esta película nominada a los Oscar 2017 como mejor largometraje de habla no inglesa (y en menor medida nominada en maquillaje) nos habla de un tema muy común. El paso del tiempo, el tempus fugit, y de todo lo que un día apreciamos y nos fue arrebatado. Los tiempos cambian, lo decía Bob Dylan, y siempre tienden a convertirse en algo peor de lo que un día fueron. En esta ocasión se nos presenta a Ove, un personaje amargado por las circunstancias y los hechos vividos que trata de descansar de una vez por todas para acabar con el sufrimiento.

Hablamos de una película sueca, sí, pero no hablamos de la manera de ver la vida como lo hicimos con El séptimo sello (1957). La estrategia del director es clara, nos trata de tocar la fibra sensible por todas partes, pero en ningún momento va a lo fácil. No es que estemos hablando de una obra que renueva el punto de vista y que nos llegue a sorprender con algunas de sus ideas, pero se nota la emoción de ayudar a sentir al espectador.

El reparto está formado por un elenco correcto. El actor protagonista, Rolf Lassgård, tiene sus puntos buenos y sus puntos no tan buenos. Quizá algunas de las situaciones no encajan con las emociones que transmite el actor principal. Lleva a cabo una historia parecida al personaje animado que todos vimos en Up, el señor Fredricksen. Un abuelo desgastado que en un pasado lejano trataba a la vida de forma tímida y que con los golpes acumulados y los sorbos amargos de los hechos se ha acabado convirtiendo en un viejo ermitaño gruñón. De principio a fin.

El humor como arma compensatoria

Un punto a destacar es el de la partición del humor en esta trágica historia. Desde luego que nos encontraremos con buenos momentos, pero en su inmensa mayoría estos se sitúan en el pasado y el director trata de rebajar las lágrimas del protagonista con un sentido del humor cuanto menos tímido. En los apartados técnicos no hay demasiado que señalar. Podemos visionar una dirección bastante de manual que no trata de innovar en el estilo con el que se desarrolla el trabajo.

Para finalizar aclarar que hablamos de una película simpática que se deja ver y que en ningún momento se hace pesada pero no acaba de enamorarnos. Como nominación a mejor película de habla no inglesa no lo encajo, sinceramente. De todas maneras toca un tema delicado y en ciertas ocasiones nos arranca una sonrisa emotiva. Necesario recordatorio del tema.

Javier Sólvez

Javier Sólvez López ha escrito 219 artículos en Ciempiés.

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