«Rehenes»; una juventud llena de idealismo con la que reflexionar desde las formas del thriller político
Presentada en la sección Panorama de la pasada Berlinale, la tercera película de Rezo Gigineishvili presenta una cinta basada en hechos reales y de gran componente político y reflexivo sobre la angustia de un grupo de jóvenes en la férrea e inamovible Georgia soviética. Una cinta que mezcla con eficiencia el cine político y el pulso de los thrillers de la década de los setenta.
La cinta nos presenta a dos jóvenes enamorados, Ana y Nika; estudiantes de Bellas Artes en la Universidad y a su grupo de amigos; los que posteriormente realizaran el agónico secuestro aéreo tras la boda entre los protagonistas y el viaje de luna de miel en el que tomarán todos la acción de secuestrar ese vuelo a Batumi para obligarlos a desviarse a Turquía, el país más cercano fuera del sistema soviético en busca de un futuro más libre.
Explorando un hecho real del país georgiano aunque con muchas taras de documentación (algo sistemático en los totalitarismos), Gigineishvili relata el filme desde la mejor forma posible, sin juzgar a sus personajes y sólo exponiendo lo sucedido antes, durante y después del desastroso secuestro. Mostrando sus vidas, sus anhelos; una normalidad feliz que resulta insatisfactoria para esos jóvenes cultos, que sólo hablan de libertad, de derechos y de rebeldía; mientras fuman tabaco estadounidense y escuchan discos de The Beatles.
Con un cuidado pulso en la puesta en escena, Gigineishvili pasa de un preciosismo y movimiento predecible a una cadencia más nerviosa, más emocional y pegada a sus personajes. Aunque es un cambio justificado dentro de la narración interna por momentos resulta algo maniqueo, y es en esa distanciada objetividad y en la profunda reflexión y extrapolación política que el espectador proyecta del filme donde el georgiano saca las mayores virtudes de la cinta.
En su último tercio, la cinta termina reflexionando sobre el idealismo, el ser rehenes de un sistema (consciente o inconscientemente) y el juicio y deshumanización de cualquiera de estos actos – desde la perspectiva de los que lo realizan, sus familiares cercanos o la política justicia del sistema -; lo cual aporta para el ávido espectador, una extrapolación a ciertos eventos de la realidad tangible de nuestras sociedades (ISIS, ETA o Siria, por ejemplo) que convierte a Rehenes en un rico visionado y en una profunda reflexión política sobre la rebeldía y la imposibilidad de la libertad total.