«María Magdalena»; punto de vista feminista no del todo aprovechado por el australiano Garth Davis al tejer un relato bíblico que media en lo convencional
Desde un abstracto y simbólico inicio, la cinta nos presenta a María Magdalena; una joven ensombrecida a causa de la jerarquía social y el papel de la mujer en la sociedad
Desde una oportunista visión de los (necesarios) tiempos feministas que ahora nos acompañan y como reivindicación de la figura de uno de los personajes más discutidos del cristianismo, Garth Davis (Lion) dirige este relato bíblico que otorga el punto de vista a María Magdalena, la Apóstol de los Apóstoles siguiendo junto a ella el periplo de Jesús desde sus primeros milagros hasta su crucifixión.
Tras la presencia en los Oscar de su melodrama basado en hechos reales Lion, el australiano Garth Davis busca un paso adelante con este relato bíblico aupado en la figura de María Magdalena, con el que revindicar la figura de la Apóstol – repudiada por la propia institución eclesiástica – y ofrecer, aparentemente una nueva visión a la vida de Jesús y el Evangelio; aunque sus posibilidades no terminen de cuajar en el resultado final.
Desde un abstracto y simbólico inicio (con cierto tufillo new age), la cinta nos presenta a María Magdalena; una joven ensombrecida a causa de la jerarquía social y el papel de la mujer en la sociedad que tras conocer al profeta llamado Jesús, le acompañará junto a sus apóstoles tras ver que junto a él puede ser como es, animándola a utilizar sus dones, liderazgo y su papel como testigo de la llegada del Mesías y del luminoso mundo que se avecina.
Personificada en una entregada y siempre talentosa Rooney Mara, la cinta busca reivindicar su figura dentro del relato bíblico además de un evidente mensaje feminista que por otro lado se queda corto y desaprovechado, a causa de un filme que evoluciona de forma plana y convencional al ofrecer relatos ya conocidos del Nuevo Testamento y la Pasión de Jesús, cambiando ligeramente el punto de vista; aunque sin que la figura de Jesús como líder espiritual pierda un ápice de relevancia. Desde los primeros milagros, hasta su periplo a Jerusalem y su enfrentamiento en el Templo hasta la fatal crucifixión y su posterior resurrección.
Las expectativas de que el filme aporte la suficiente novedad dentro del género bíblico se pierde a causa de una impersonal dirección de Garth Davis y sin que los elementos más novedosos que encarna la María de Rooney Mara estén aprovechados al máximo, ofreciendo terrenos ya reconocidos para los conocedores del libro sagrado y resultando seca y poco memorable para los no conversos. Salvo esta plana impersonalidad vale la pena destacar el competente trabajo de su loable elenco de actores, no tanto a un algo decepcionante Joaquin Phoenix como Jesucristo sino sobretodo a un Tahar Rahim en la piel de un humanizado y más complejo y vulnerable Judas y la ya mencionada entrega de Rooney Mara como protagonista.
No resulta realmente un desastre, pero no se sale de la corrección de los productos bíblicos a los que estamos habituados sin tejer la complejidad y el mensaje reivindicativo y crítico que podríamos esperar al tomar como protagonista la discutida figura de María Magdalena; todo a causa de una buena pero impersonal factura por parte de Garth Davis – vale la pena destacar la banda sonora del fallecido Jóhann Jóhannsson – que cumple como reivindicación de la figura protagonista pero falla al no aportar nada nuevo al género y mostrar episodios repetidos y recordados por cualquiera, ya sea creyente o un mero interesado y cinéfilo.