«El escándalo Ted Kennedy»; fría y convencional reconstrucción del accidente en la isla de Chappaquiddick que tumbó las aspiraciones a la presidencia del pequeño de la dinastía Kennedy
El discreto John Curran (El velo pintado, Tracks) dirige de forma convencional y eficiente esta reconstrucción de los hechos que acometieron a Ted Kennedy
En una época actual llena de escándalos mediáticos y de secretos al descubierto de muchos políticos en los medios de comunicación nos llega ahora a los cines esta reconstrucción de los hechos del accidente en la isla de Chappaquiddick en 1969, que pusieron en el foco al senador Ted Kennedy (notable Jason Clarke) tras morir su acompañante en el automóvil, amante y antigua secretaria de Robert Kennedy; Mary Jo (Kate Mara).
El discreto John Curran (El velo pintado, Tracks) dirige de forma convencional y eficiente esta reconstrucción de los hechos que acometieron a Ted Kennedy y que parecían romper de forma definitiva sus aspiraciones a la presidencia de los Estados Unidos. Ofreciendo la típica construcción narrativa desdoblada que por un lado busca ser fiel a los hechos que sucedieron a posteriori de ese accidente con las reuniones con poderosos y asistentes para abordar el accidente y la verdad de los hechos de la manera más interesada en favor de que dañara lo más mínimo la imagen de Ted, incluyéndose aquí la mirada a los medios de comunicación y como la histórica llegada a la Luna pudo servir de tapadera sobre la muerte de la chica.
Y justo al mismo tiempo, está el estudio de personaje; dibujando la psicología de su protagonista y su debilidad y ansiedad no sólo por el accidente que vivió y le mantuvo en shock, sino también por toda la presión familiar que el clan Kennedy suponía sobre sus hombros, tras tres hermanos de gran carisma y liderazgo que habían sido asesinados; ahondada sobre todo en las escenas que comparte con el anciano patriarca de la familia (un enorme y genial Bruce Dern y eso sin articular palabra alguna) y su sensación de ser el “inútil” o el “discreto” de una de las familias más relevantes de la historia americana del Siglo XX.
El filme es correcto e interesante en su fiel construcción de lo sucedido en 1969 pero demasiado fría y convencional e incluso televisiva en su objetividad dramática; ante una dirección sosa y que no se sale de cumplir profesionalmente, El escándalo Ted Kennedy resulta atractiva gracias a un reparto que cumple con su cometido liderados por un magnífico Jason Clarke en la piel del pequeño de los Kennedy y sabiendo mimetizarse emocionalmente con la situación que vivió el personaje, ofreciendo una de sus interpretaciones más destacables hasta ahora en su carrera aunque el convencional conjunto no le permitan llegar a niveles más altos y atractivos.