«Élite»; serie adictiva dirigida al público juvenil que no aporta nada nuevo y repite tópicos

Nota:
Tras el derrumbe de un instituto público, la constructora intenta limpiar su imagen pagando los estudios de tres alumnos afectados en un exclusivo colegio privado

Élite es la nueva serie española de la que todo el mundo habla en redes sociales. Instagram y Twitter han estado cargadas de historias y entradas con la visualización de esta serie. Dirigida principalmente al público juvenilÉlite ha desatado un gran interés y en tan solo una semana ya está en boca de todos. Una trama complicada y morbosa se nos presenta de manos de Netflix, creada por dos expertos en estos géneros: Carlos Montero (Física o Química) y Darío Madrona (Los Protegidos).

Christian, Samuel y Nadia asisten a Las Encinas, el colegio más exclusivo y elitista del país. Todos los magnates y peces gordos envían allí a sus hijos con el fin de que se hagan un nombre. Sin embargo, los tres chicos nuevos proceden de familias humildes. Becados por su antiguo instituto debido a un desafortunado accidente, tendrán que lidiar con un mundo y compañeros que en nada se parecen a ellos. Mientras tanto, Nano, el hermano mayor de Samuel, acaba de salir de la cárcel.

La nueva producción de Netflix consta de 8 capítulos, lo que facilita su rápido visionado. Cada episodio tiene una duración de entre 45 y 50 minutos. Además, su trama, aunque sea demasiado previsible, resulta extremadamente adictiva. Gracias a esto, el espectador es capaz de verla en un solo maratón.

Trama nada innovadora cargada de tópicos

Estas series para adolescentes las hemos visto en numerosas ocasiones. 13 reasons wh es el más cercano parecido. Encontramos una joven que ha perdido la vida (aunque en este caso no sea un suicidio, sino un asesinato) y una serie de compañeros que se presentan como sospechosos. Las escenas se van alternando con interrogatorios o declaraciones de los protagonistas, recordando todos los momentos a anteriores a la muerte.

Las actuaciones no se salen de lo normal. No son malas, pero tampoco hay ningún personaje que destaque en exceso. Actores como María Pedraza, Miguel Herrán, Jaime Loriente o Ester Expósito ya se están dando a conocer en la televisión con notables actuaciones. El único que desafina en su representación es Itzan Escamilla, tal vez el más novato de los protagonistas.

Para culminar me gustaría expresar mi cruda opinión sobre esta serie. Si bien es cierto que es entretenida, lo que no consigo entender es ese afán sobre contentar a todo el mundo. Estamos en el siglo XXI y todo es respetable: la religión, la tendencia sexual, el amor a pesar de la diferencia de edad, etc. Hasta ahí bien. Pero, ¿era necesario meter absolutamente todos los temas reivindicativos en una misma serie? Desde el principio ya se deja clara que, a pesar de la diferencia de clases no es excluyente. Posteriormente se nos enseña a no ser homófobos, ni racistas ni malas personas contra personas con enfermedades graves. Sin embargo, si se enseña a que las drogas en adolescentes molan y que la infidelidad está a la orden del día. No sé, balanza muy desequilibrada. Por cierto, final abierto que invita a segunda temporada de Élite, totalmente innecesario.

Jorge Martínez

Jorge Martínez ha escrito 185 artículos en Ciempiés.

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